Pese a que el impasse diplomático entre Chile y Perú parecía estar superado, la dilatación en el llamado a retiro del comandante general del Ejército de ese país, Edwin Donayre, tras expresiones ofensivas en contra de los chilenos, reavivó la polémica. El gobierno de la presidenta Michelle Bachelet no dará por superado el incidente hasta que el general deje su cargo.
Pese a que el impasse diplomático entre Chile y Perú parecía estar superado, la dilatación en el llamado a retiro del comandante general del Ejército de ese país, Edwin Donayre, tras expresiones ofensivas en contra de los chilenos, reavivó la polémica. El gobierno de la presidenta Michelle Bachelet no dará por superado el incidente hasta que el general deje su cargo.
Así lo comunicó el canciller Alejandro Foxley, quien reiteró que las declaraciones del jefe militar peruano fueron "inaceptables", por lo que el Ejecutivo está a la espera de que su salida se concrete.
"Nosotros hemos dado por superado el incidente en la medida en que se lleve adelante lo que el presidente Alan García dijo, que este general que hizo las declaraciones que hizo que fueron realmente inaceptables para Chile, en la medida que se cumpla lo que se dijo, es decir que este señor pase a retiro y eso todavía no ha ocurrido, así que estamos esperando a que ocurra", manifestó el canciller.
El ministro recalcó además que la presidenta Michelle Bachelet aceptó las explicaciones de su par peruano, Alan García, "en el entendido de que este señor se iba". "Estamos a la espera de que el gobierno de Perú cumpla con lo que se dijo, que es que ese general va a ser retirado como Comandante en Jefe del Ejército", insistió Foxley.
Sin embargo, el mandatario Alan García dijo a los corresponsales extranjeros que el general Donayre sólo pasará a retiro "en el momento que sea conveniente", lo que significa que podría seguir en su cargo hasta el 5 de diciembre, fecha en que debe jubilarse por ley.
Durante esta jornada Foxley se reunirá con la Presidenta Michelle Bachelet para abordar las disculpas ofrecidas por el jefe castrense peruano, quien envió una carta a su par chileno, el general Óscar Izurieta, en la que reconoce que sus dichos fueron inapropiados, pero también puntualiza que se dieron en un contexto "íntimo e informal" como parte de una "chacota" propia de su carácter y personalidad.
