Fidel Castro y Benedicto XVI

Benedicto XVI puso fin a su visita de tres días a Cuba y emprendió su regreso al Vaticano. En su última jornada, ofició una multitudinaria misa en La Habana y se reunió con el ex líder revolucionario Fidel Castro, en un encuentro del que trascendieron algunos pocos detalles.

Antes de subirse al avión, dejó finalmente unas palabras respecto a la realidad de la isla, algo que cuidó de valorar durante toda su estadía. Y fue directo: solicitó al régimen que nadie en la isla sufra «limitación de sus libertades fundamentales».

Al destacar la necesidad de «cimentar una sociedad de amplios horizontes, renovada y reconciliada» en la isla comunista, el Papa demandó «que nadie se vea impedido de sumarse a esta apasionante tarea por la limitación de sus libertades fundamentales».

El Santo Padre pronunció esas declaraciones en el aeropuerto de la capital, donde se encontraba acompañado del gobernante local, Raúl Castro.

Por otra parte, volvió a condenar las «medidas económicas restrictivas» del embargo estadounidense que afectan a la isla.

«La hora presente reclama de forma apremiante que en la convivencia humana, nacional e internacional, se destierren posiciones inamovibles y los puntos de vista unilaterales que tienden a hacer más arduo el entendimiento e ineficaz el esfuerzo de colaboración», remarcó el Papa, en un llamado indirecto a Washington y a La Habana para que dialoguen.

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