Aunque hoy es una sospechosa de espionaje telefónico a través de la firma "Business Track", Giselle Mayra Giannotti Grados, se topó con altos mando de la Marina de Guerra del Perú y se dio el lujo -el año 2006- de advertir sobre un supuesto intento de atentado contra el presidente Alan García.

Aunque hoy es una sospechosa de espionaje telefónico a través de la firma "Business Track", Giselle Mayra Giannotti Grados, se topó con altos mando de la Marina de Guerra del Perú y se dio el lujo -el año 2006- de advertir sobre un supuesto intento de atentado contra el presidente Alan García.

Según publica hoy el Diario La República, la mujer de 44 años de edad, con doble nacionalidad (peruana y norteamericana), no es una desconocida en las altas esferas del Estado peruano y es que a fines le fue encomendada la misión de hacer una exposición reservada -al respecto- ante el entonces jefe del Estado Mayor del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, vicealmirante José Aste Daffós.

La presentación en power point versó sobre las evidencias de un supuesto e inminente plan para atentar contra el presidente de la República, el primer vicepresidente, Palacio de Gobierno, Palacio Legislativo y el Poder Judicial.

Inclusive, según el informe se esperaba un ataque con bidones bomba o balones de gas cargados con explosivos de alto poder destructivo al estilo de las FARC.

La profesional de seguridad privada acudió no como representante de algún servicio de inteligencia oficial (a los que les corresponde rendir informes de tal gravedad), sino acompañada de dos ejecutivos de la empresa de seguridad Forza: Wilson Gómez Barrios Rincón, entonces presidente del directorio, y Aldo Schwarz Cossu, gerente de operaciones, ambos oficiales de la Armada Peruana en situación de retiro.

A la cita en el ComandoConjunto asistieron los más altos jefes de seguridad de la Policía y de las Fuerzas Armadas. Lo cierto es que la exposición dio lugar a que el 29 de diciembre del 2006 Palacio de Gobierno fuera acordonado, no por las unidades del Ejército, tradicionalmente a cargo de esa protección, sino por comandos de las Fuerzas de Operaciones Especiales (FOES) de la Marina de Guerra.

La misma noche fueron detenidos dos de los presuntos mentores del atentado: Guillermo Bermejo y Luis Omar Paredes, del Movimiento Todas las Voces, de tendencia radical.

El acordonamiento se prolongó por cinco días y los detenidos no tardaron en ser liberados porque no se les encontró más pruebas que su participación en un evento continental, en Santiago de Chile, de grupos ultraizquierdistas partidarios de la lucha armada.

La República investigó el supuesto atentado. Conversó con autoridades del Comando Conjunto, de la Policía Nacional, del Ejército, con el secretario de la Presidencia de la República y con el primer vicepresidente, almirante Luis Giampietri Rojas.

La policía dijo que seguía los movimientos de grupos juveniles radicales vinculados a similares de Venezuela, Colombia, Bolivia, Chile y las propias FARC, cuando le llegó la orden de actuar contra las cabezas visibles de Todas las Voces. La investigación policial continuó después de las detenciones.

Al final, para la policía no hubo la certidumbre de que la alerta obedeciera a un peligro real, y para la indagación periodística quedaron flotando en el ambiente diversas hipótesis:  ¿se trató de un operativo psicosocial?, ¿presión contra algún poder del Estado?, ¿cuál fue la influencia que llevó a Forza hasta el Comando Conjunto y muy probablemente hasta el propio primer mandatario de la Nación?

Este diario publicó  los resultados de su investigación el 3 de junio del 2007. En relación con el protagonismo de Giselle Giannotti escribimos textualmente lo siguiente: “Los directivos empresariales  (de Forza) asistieron (a la cita en el Comando Conjunto) acompañados de una dama cuya identidad nos reservamos”.

En ese momento no consideramos necesario dar a conocer el nombre de Giselle Mayra Giannotti Grados. Dejamos, eso sí, registrado el hecho y las evidencias de la duda.  Ahora sacamos a luz la identidad de la protagonista, porque esta información puede ayudar a esclarecer no sólo el presunto delito de interceptación telefónica en el sonado caso de los “petroaudios”, sino otros antecedentes (ver despiece).

Viajera empedernida

Giselle Gianotti viaja al exterior con suma frecuencia. Su movimiento migratorio registra 75 entradas y salidas principalmente a los Estados Unidos. También a Venezuela, Ecuador, Argentina y España. Posee pasaporte peruano (Nº 0764068) y estadunidense (Nº 430058377).

En el 2004, reportes de la Contraloría General de la República la mencionaron como gerenta general de la empresa Business Oil Corporation, favorecida por Petroperú con contratos ilegales del orden de los 38 millones de dólares.

Una denuncia aún más grave formuló el Ministerio Público contra la misma Business Oil en el 2007. Esta vez bajo la sospecha de desvío de combustible Turbo Jet A-1 con destino al narcotráfico. La fuga se efectuaba a través del grifo Libertad ubicado en Campoy, Zárate.

Como accionistas de Business Oil se nombra a Félix Nelson Saldarriaga, Marco Polo Negrón, Sandro Jaime Giannotti Grados y a la propia gerenta Giselle Giannotti. La acusada vive entre los Estados Unidos y Perú. En Lima radica en la Urbanización Las Casuarinas. Y se desplaza en una camioneta cuatro por cuatro Mazda.Ç

Administrador de contenidos de Grupo Periodismo en Línea

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.