Columna de Zaraí Toledo

Zaraí Toledo Orozco, la hija del expresidente Alejandro Toledo, estrenó columna de opinión en el portal de una conocida ONG ambientalista.

La joven estudiante de la Pontificia Universidad Católica (PUCP) escribió en Noticias Ser sobre la situación de los indígenas en Canadá y la posibilidad de aplicar un modelo similar en el Perú.

Lea aquí la columna de la hija del expresidente chakano:

La estrategia de Idle No More

Enviado el 23/01/2013

Zaraí Toledo

Luego de la presión originada por el movimiento canadiense en defensa de los derechos indígenas Idle No More (No Más Pasividad) y la gran atención mediática al ayuno de la líder indígena Attapwapiskat, el pasado viernes 11 se reunieron el primer ministro Stephen Harper y algunos jefes de las naciones originarias. Dado que los términos de la reunión no eran claros, el encuentro no contó con todos los representantes indígenas. Lo que sí sucedió ese día en cambio, fue una gran congregación de personas en Ottawa, aproximadamente 4 mil, que marcharon pacíficamente en medio del crudo invierno para pedirle al gobierno que respete los tratados relacionados con la tierra y que se hagan valer los derechos de las comunidades indígenas. Simultáneos actos de protesta se produjeron en distintas ciudades importantes del país como Toronto o Vancouver a manera de respaldo.

El encuentro y la promesa de otra reunión dentro de unos días, es un avance para la lucha indígena aún si es obvio que dadas las políticas del gobierno conservador y su fuerte inclinación por las industrias extractivas, no va a ser fácil obtener resultados. No sólo se trata de la disposición del primer ministro para oírlos, sino del nivel de organización de los líderes indígenas, de cómo enfrentarán las críticas, de su capacidad de negociación e inevitablemente, de las alianzas que puedan conseguir con otros políticos en el poder.

El problema político- legal entonces, tiene para rato. El gran mérito de Idle No More sin embargo- y la razón por la cual creo que este movimiento debe interesar al Perú -, está en haber creado un espacio de discusión nacional sobre la problemática indígena. No es la primera vez en la última década que se hacen públicas la cantidad de faltas a los tratados de la tierra o la precariedad económica que atraviesan los indígenas en Canadá. No obstante, estas se llegan a conocer de manera individual, tal como sucede en Perú cada vez que estalla un conflicto socio-ambiental y sale a la luz las condiciones marginales de vida de los pobladores. Idle No More en cambio, está apuntando a la integración de los ciudadanos hacia una problemática que normalmente se ve como sólo concerniente a los grupos indígenas. El movimiento busca interpelar a la sociedad y poner en tela de juicio las relaciones y divisiones tradicionales entre indígenas y no indígenas, haciendo ver que el problema de la tierra, los recursos y los derechos interesa a todo Canadá y no a un grupo específico.

Esta es una ardua tarea, ya que implica revertir un imaginario negativo sobre las demandas indígenas muy asentado en gran parte de la población canadiense. Muchos sienten que estas sólo buscan beneficios económicos, exoneraciones de impuestos o simplemente, piensan que estos grupos perjudican la estabilidad del país (cualquier parecido con el Perú no es coincidencia).Ven además a los grupos indígenas como lejos de su realidad cotidiana. Al respecto, la simultaneidad de las distintas protestas, los flashmobs, las discusiones organizadas en las universidades retransmitidas vía web y otros eventos pacíficos de Idle No More, buscan combatir estos prejuicios y demostrar que las demandas indígenas no son un pedido aislado, sino de interés público. Los miembros del movimiento y algunas figuras públicas asimismo, se encargan de difundir información concreta para desmitificar al indígena canadiense, exponer su realidad y su relación histórico-económica con el Estado. Gracias a ello, el tema ha alcanzado tanto al ciudadano de a pie como a la prensa nacional, que se ha visto obligada a cubrir y discutir el tema a diario.

Más allá de las particularidades del caso canadiense, del futuro del movimiento y de las críticas que ya ha empezado a recibir el mismo, crear temas de agenda nacional e involucrar a todos los ciudadanos en la discusión es, sin duda, el gran paso que ha dado este movimiento. Es además, una clara señal de para dónde deben apuntar los grupos indígenas peruanos cuyos retos, al igual que en caso canadiense, no terminan en el plano político- legal, sino que implican asimismo, lograr que todos (indígenas y no indígenas) se compren el pleito. Es decir, que se trascienda del sensacionalismo, escándalo e indignación fugaz que pueden generar Conga, La Oroya u otros casos famosos, para poder empezar a discutir sobre la problemática de los recursos naturales y los derechos indígenas a nivel nacional. En ese sentido, Idle No More quizás sea el mejor ejemplo e invitación que tenemos en este momento para poder empezar a enfrentar un tema tan importante en el Perú de manera pacífica.

 

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