Martha Flor Vásquez es hoy otra mujer. La que conocían sus amigos y familiares cambió el día que vio como su hijo, el teniente Luis Alex Chávez Vásquez, y otros tres policías más morían asesinados en el "andahuaylazo" del 1º de enero del 2005. En ese momento –asegura– nació una nueva mujer, cuyo único objetivo vital es luchar por la verdad y la justicia.

Martha Flor Vásquez es hoy otra mujer. La que conocían sus amigos y familiares cambió el día que vio como su hijo, el teniente Luis Alex Chávez Vásquez, y otros tres policías más morían asesinados en el "andahuaylazo" del 1º de enero del 2005. En ese momento –asegura– nació una nueva mujer, cuyo único objetivo vital es luchar por la verdad y la justicia.

Ese día, Antauro Humala, al mando de unos 160 miembros del movimiento etnocacerista, tomó la comisaría de Andahuaylas y se apoderó de armamento y retuvo a 17 personas, en una acción que duró cinco días y dejó un saldo de seis muertos y 11 heridos.

Hoy, tres años después, Martha Flor rompe su silencio. Dice que cuando vio exánime a su hijo, en televisión, no pudo evitar gritar: "¡Por qué, Dios mío!".

Desde entonces, ella, su esposo y los familiares de los otros tres agentes fallecidos vienen luchando para que el crimen de los miembros de la PNP no quede impune.

'QUE NO SALGAN DE PRISIÓN'
 
"Me he ido fortaleciendo con el tiempo. El día del entierro de mi hijo le prometí que no descansaría hasta que sus asesinos permanecieran tras las rejas, como manda la ley y no puedo fallarle. Antauro Humala y sus reservistas no pueden salir de prisión", afirma.

 

Administrador de contenidos de Grupo Periodismo en Línea

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