El fósil de lo que sería el eslabón perdido de los cocodrilos fue descubierto por paleontólogos brasileños. Se trataría de una nueva especie de depredador prehistórico que a simple vista aparenta ser un esqueleto fosilizado en buen estado de un lagarto de tamaño mediano (1,7 metros) de unos 80 millones de años, que vivió durante el Cretáceo Superior. El hallazgo se logró en el Montealtosuchus arrudacamposi.

El fósil de lo que sería el eslabón perdido de los cocodrilos fue descubierto por paleontólogos brasileños. Se trataría de una nueva especie de depredador prehistórico que a simple vista aparenta ser un esqueleto fosilizado en buen estado de un lagarto de tamaño mediano (1,7 metros) de unos 80 millones de años, que vivió durante el Cretáceo Superior. El hallazgo se logró en el Montealtosuchus arrudacamposi.

Este nuevo descubrimiento podría llevar a una revisión de la teoría que sitúa el origen de los cocodrilos actuales en el Hemisferio Norte, ya que aún no se ha encontrado una especie “intermediaria” como ésta en esta parte del planeta, ha señalado Felipe de Vasconcellos, paleontólogo de la Universidad Federal de Río de Janeiro. Su origen, por tanto, podría situarse en América del Sur o en África en un momento en que estos continentes no estaban separados, lo que modifica la teoría de la propagación de toda una especie, ha explicado.

“El descubrimiento es importante para la ciencia porque el espécimen es literalmente el vínculo entre los cocodrilos más primitivos que vivieron en la era de los dinosaurios hace 80 u 85 millones de años y los modernos”, ha asegurado Ismar de Souza Carvalho, paleontólogo de la Universidad Federal de Río de Janeiro.

El Montealtosuchus fue un ágil y rapidísimo depredador terrestre de la familia de los Peirosaurus, que tenía hábitos distintos a los de los actuales cocodrilos, pero que compartía con ellos la forma y la estructura, aunque con las extremidades más largas, según los científicos.

El fósil ha sido hallado cerca de la localidad de Monte Alto, en Sao Paulo, y debe su nombre al lugar donde los científicos lo descubrieron en 2004: Arruda Campos. El hallazgo de la nueva especie, que ha podido ser reconstruida en un 80%, es uno más de una serie de importantes descubrimientos en Brasil y Argentina durante los últimos cinco años.(Agencias)

 

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