La muerte de la princesa Diana de Gales fue un homicidio por imprudencia del chófer de su automóvil y de los "paparazzi" que la perseguían, según ha resuelto un tribunal que investigó el fallecimiento de ella y su entonces acompañante, el empresario Dodi Al-Fayed tras el aparatoso accidente que sufrieron en 1997.
La muerte de la princesa Diana de Gales fue un homicidio por imprudencia del chófer de su automóvil y de los "paparazzi" que la perseguían, según ha resuelto un tribunal que investigó el fallecimiento de ella y su entonces acompañante, el empresario Dodi Al-Fayed tras el aparatoso accidente que sufrieron en 1997.
La indagación judicial refiere que hubo "la conducción negligente y bajo los efectos del alcohol" del chofer Henri Paul y del acoso de los paparazzi a su limusina cuando esta transitaba por un túnel de París.
Durante seis meses el jurado ha escuchado el testimonio de más de 250 testigos, hasta llegar al veredicto de homicidio imprudente a los cuatro días de deliberación.
Diana y Dodi murieron en agosto de 1997 cuando su limusina se estrelló en el interior de un túenl de París. Testigos de todo el mundo han sido escuchados por videoconferencia en una vista cuyo coste ha ascendido a casi 20 millones de libras.
El proceso fue retrasado durante diez años en Gran Bretaña mientras se llevaba a cabo en Francia y más tarde tuvo que esperar a la investigación de la policía inglesa. La ley inglesa estipula la investigación de todas las muertes no naturales.
