(Video Cortesía Día «D») Mientras nuestras autoridades centran su atención en el espía Víctor Ariza Mendoza, quien vendió información clasificada a Chile, una triste realidad se vive en los últimos metros de nuestro territorio colindante con el país del sur.

(Video Cortesía Día «D») Mientras nuestras autoridades centran su atención en el espía Víctor Ariza Mendoza, quien vendió información clasificada a Chile, una triste realidad se vive en los últimos metros de nuestro territorio colindante con el país del sur.

Se trata del total abandono de nuestro puesto fronterizo de la caleta Santa Rosa, donde un solitario policía, tres perros y un muñeco, representan nuestra única defensa ante una posible invasión territorial, según revela un completo reportaje del programa Día D de ATV.

Las imágenes muestran además el valiente patriotismo de un grupo de pescadores de la playa Santa Rosa quienes son constantemente hostigados e impedidos de realizar sus faenas en la zona porque la delimitación defectuosa en la frontera marítima los hace víctimas de frecuentes detenciones por parte de los carabineros chilenos.

La nota del periodista Alonso Gamarra muestra además los restos de lo que en su momento fue un fortín levantado en el gobierno de Juan Velasco Alvarado y que incluía tanques, trincheras y un moderno faro de lo cual hoy no queda nada.

«Estos pozos escondían antes tanques, para que se escondan en las trincheras…Era en tiempos de Velasco», narra Hernán Gómez Ticona, pescador de Santa Rosa.

UN POLICÍA VALIENTE Y mientras del otro lado de la frontera una moderna instalación y una torre de vigilancia acogen a varios agentes de la policía chilena, del lado peruano un atento policía y sus tres mascotas cuidan los últimos metros, antes de llegar al denominado Hito 1.

«A veces la infraestructura no nos ayuda, no contamos con los servicios básicos como agua, luz.. Contamos con un grupo electrógeno por horas y usamos una máquina de escribir», señala un policía.

El puesto que lleva el nombre del coronel Francisco Bolognesi tampoco tiene radiocomunicación y los policías sólo cuentan con un silo y un espejo de auto para su aseo personal. En síntesis, un abandono total del Estado

Finalmente tampoco hay una torre de vigilancia, pero sí un muñeco ubicado muy cerca al puesto chileno denominado el «vigilante eterno» una suerte de maniquí que parece lanzar un gesto de desafío a Chile.

Administrador de contenidos de Grupo Periodismo en Línea

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