Lo normal es que no haya mucha diferencia entre los primeros del ranking de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), pero la verdad es que a veces hay excepciones a la regla, y es que en la madrugada de hoy, el serbio Novak Djokovic dio una clase magistral y excepcional de tenis al derrotar (mejor dicho poner en ridículo) al español David Ferrer (4° ATP) por 6-2, 6-2 y 6-1.
Apenas el número uno del mundo tuvo rival al comienzo del encuentro, ya que ambos empataban a dos games por lados, lo que daba la impresión de que el partido iba a ser parejo. Pero a partir de ese momento el monstruo creció y con golpes potentes, excelente defensa al no otorgar casi puntos con la devolución y sobretodo una rica variedad de juego logró terminar en casi hora y media con el ibérico.
Nunca “Nole” bajó su ritmo de juego, y en los momentos que Ferrer quería intentar algo, el serbio creció más sacando de gran manera y pegando cada golpe de manera firme. Su juego siempre fue superlativo hasta el final del match.
Las estadísticas mostraron a ciencia cierta la enorme superioridad de campeón vigente del torneo: Más del doble de puntos ganados que su rival (85 a 41), apenas siete bolas perdidas con su servicio, 100% de efectividad en quiebres (7 de 7), la mitad de errores no forzados que Ferrer (16 a 32) y casi el triple de tiros ganadores (30 a 11).
Djokovic llega a su cuarta final de Melbourne, en donde nunca ha perdido. Obtuvo el título en los años 2008 (frente a Tsonga), 2011 (venciendo a Murray) y 2012 (tras derrotar a Nadal).
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Por Luis Miguel Guerrero.