El suizo Wawrinka besa su trofeo conquistado en Melbourne, el primer Grand Slam conquistado en su carrera tenística.

Stanislas Wawrinka (8° ATP)  se adjudicó el Abierto de Australia al derrotar en un partido algo atípico a Rafael Nadal (1° ATP) con parciales de 6-3, 6-2, 3-6 y 6-3 en dos horas con 21 minutos. De esta manera el suizo – a partir de mañana lunes – tomará posesión del tercer lugar del ranking de la Asociación de Tenistas Profesionales.

Pero,  por qué fue un partido algo atípico? Simplemente porque a partir del segundo set, el número uno del mundo tenístico comenzó a sentir  – hasta el final del compromiso –  fuertes dolores en la espalda que hicieron mella en su rendimiento físico y a la vez en su fortaleza mental. No obstante, no se le debe restar méritos al primer Grand Slam obtenido merecidamente por el helvético, que demostró ser más que su rival en el primer episodio.

Con un tenis potente, agresivo y haciendo prevalecer su servicio, Wawrinka dominó a un Nadal que tenía como eje principal esperar el error de su contrincante  a partir de sus grandes devoluciones. Consolidando una de las dos oportunidades de quiebre, el suizo logró imponerse en el tramo inicial con superioridad (12 tiros ganadores y 8 errores no forzados contra 6 winners y 7 fallos del ibérico).

En el siguiente parcial se ampliaría la diferencia por la buena performance del ganador y sobre todo por lo sucedido con el líder del ranking. Wawrinka dominó rápidamente el juego para colocarse 2-0 a favor. Fue a partir del tercer game, que Rafael Nadal (con servicio) comenzó a sentir dolor y entre cada punto disputado se tomaba la espalda. El juego lo sacó adelante pero luego se fue a los vestuarios tras pedir asistencia médica.

Tras el retorno del mallorquino, el partido ya no sería el mismo. El helvético ganaría su servicio fácilmente sin ceder un punto y luego Nadal – ya sin muchos ánimos de jugar – perdería su saque sin ofrecer casi resistencia.

Por segunda vez, el 1 pedía asistencia y de regreso, con mucha dificultad pero retomando su espíritu de lucha pudo hacer respetar su juego por segunda vez. Finalmente Wawrinka haría suyo el set con 16 winners y 12 errores no forzados contra 4 tiros ganadores y 8 equivocaciones del español).

La tónica del duelo en el tercer episodio se marcaría inexplicablemente por la cantidad de errores que sumó Wawrinka, que además no supo aprovechar las oportunidades generadas para cerrar el partido (4 break points). Sin mucho que hacer en el enfrentamiento, Nadal – quien continuaba con limitaciones física y sirviendo a 50% de su capacidad – descontó debido a las concesiones otorgadas por el suizo (perdió el segundo game y no supo revertir dicha situación). En esta parte, Wawrinka concretó 14 buenos tiros y 19 errores (prácticamente la misma cantidad sumados los dos primeros parciales) cintra 6 winners y 8 desaciertos de su contrincante.

Aunque el tenista oriundo de Manacor estaba mentalmente fuera del partido, su amor al deporte era quizás lo único que lo mantenía dentro del partido y por ende, mantener  de algún modo las ganas de guerrear y prueba de ello fue que rompió el saque del suizo y con marcador en blanco para poner las cosas en orden (en el juego previo Wawrinka hizo lo mismo para colocarse 4-2).

Finalmente, el tenista natural de Lausana volvió a imponerse con el saque contrario y sin problemas cerró el partido para celebrar la consecución de su primer Grand Slam de toda su carrera, en un partido – repito – deslucido, por la lesión de Nadal, pero que sin embargo no le resta méritos al campeón y más aún si eliminó al serbio Novak Djokovic (cuartos de final) y al checo Tomas Berdych (semifinal), respectivamente.

En el cuarto capítulo, Wawrinka logró 11 tiros ganadores y cometió 10 errores, contra 3  winners y 9 equivocaciones de Rafael Nadal, que no pudo igualar la línea de Pete Sampras con 14 Grand Slam en su carrera.

Foto: Web oficial del Australian Open.

Por: Luis Miguel Guerrero.

Periodista (redactor y reportero) de www.enlinea.pe

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