Ante miles de fieles hoy fueron proclamados santos los recordados papas Juan Pablo II y Juan XXIII, en una emotiva ceremonia realizada en la Plaza de San Pedro.
El acto contó con la presencia del papa emérito Benedicto XVI que participó de la consagración de la Eucaristía.
«Fueron sacerdotes y obispos y papas del siglo XX. Conocieron sus tragedias, pero no se abrumaron. En ellos, Dios fue más fuerte; fue más fuerte la fe en Jesucristo Redentor del hombre y Señor de la historia; en ellos fue más fuerte la misericordia de Dios que se manifiesta en estas cinco llagas; más fuerte, la cercanía materna de María», expresó el Papa Francisco.