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Nuevamente el Papa Francisco a congregado a millones de fieles en el marco de su visita al Ecuador, esta vez en la celebración de su última misa en dicho país. Antes de partir a Bolivia, su santidad expresó que evangelizar «es nuestra revolución, porque nuestra fe siempre es revolucionaria, ese es nuestro más profundo y constante grito».

Los fieles llegaron masivamente al parque del Bicentenario de Quito y el Papa se presentó ante 900.000 fieles recalcó la necesidad «de luchar por la inclusión a todos los niveles» y aseguró que «es impensable que brille la unidad si la mundanidad espiritual nos hace estar en guerra entre nosotros, en una búsqueda estéril de poder, prestigio, placer o seguridad económica».

Bergoglio advirtió de que la evangelización no es «hacer proselitismo» sino «atraer a los más pobres de los más indefensos, que no pierden su dignidad a pesar de que se la golpean todos los días», y que algunos hacen «una caricatura de la evangelización».

El nombre del lugar donde celebró la misa sirvió a Francisco también para recordar «el grito de Independencia de Hispanoamérica» y su homilía tuvo numerosos pasajes de su exhortación apostólica «Evangelii Gaudium» (la alegría del Evangelio).

«Sería superficial pensar que la división y el odio afectan sólo a las tensiones entre los países o los grupos sociales. En realidad, son manifestación de ese difuso individualismo que nos separa y nos enfrenta, de la herida del pecado en el corazón de las personas», agregó.

UNA AGENDA CARGADA La visita del Papa a Ecuador terminará mañana, cuando luego de visitar un hogar de ancianos y el santuario de El Quinche se dirija a Bolivia, su segunda parada en la gira latinoamericana.

En La Paz, la atención estará puesta en su salud dada la altitud de la ciudad y a que al Sumo Pontífice le falta parte de un pulmón. El viernes, finalmente, viajará a Paraguay, la última escala del viaje de Jorge Bergoglio a su continente natal.

FERVOR POR EL PAPA EN QUITO El papa abandonó la sede de la Nunciatura pasadas las 8 hora local (10 en la Argentina) y en su recorrido hacia el parque Bicentenario, en el centro norte de Quito, donde antes funcionaba el aeropuerto internacional de la ciudad, fue vitoreado por cientos de personas, al igual que a su salida. Al pasar, las multitudes coreaban «Te queremos, Francisco»

Luego mantuvo un encuentro con los obispos que duró alrededor de una hora mientras en el parque los fieles cantaban y rezaban a la espera de ver al sumo pontífice y de que inicie la misa campal.

Al parque Bicentenario, en el norte de la capital, asisten «900 mil personas» para el acto litúrgico, indicó el ministro de Interior, José Serrano, a través de su cuenta en Twitter.

 

 

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