"Yo soy el único narcotraficante, el único responsable de todo esto", declaró ayer el ciudadano italiano, principal acusado en el juicio oral por narcotráfico y asociación ilícita en contra de una banda vinculada a la mafia Calabrese de Italia.
Ciulla está imputado junto a otros siete chilenos de operar envíos de droga desde Lima, Perú, hacia diversos países de Europa, principalmente Italia y España.
El acusado es hijo primogénito de Giuseppe Ciulla, un antiguo miembro de una tradicional "familia" de la ciudad de Corleone.
Ciulla intentó desvincular al resto de los imputados diciendo que toda la responsabilidad era suya. Dijo haber sido contactado por narcotraficantes tras salir de prisión en Lima, donde cumplió una condena de ocho años por el mismo delito.
Luego se vino a Chile donde comenzó a operar. Contrataba a "burreros" o emisarios que eran entrenados para embarcarse desde Perú hacia el viejo mundo cargados con clorhidrato de cocaína.
Ayer su declaración fue interrumpida y transformada en secreta a petición de su defensa, pues entregó nombres de las personas que lo contrataron en Perú y de quienes recibían la droga en Europa. En ese instante se desalojó al público y la prensa de la sala de juicio.
Arriesga una pena de 25 años en total por ambos delitos imputados. Junto a él se encuentra imputada su pareja, la chilena Romina Villalón Guerrero, hija de Elena Guerrero, una conocida narcotraficante apodada como "La Canalla", quien debería declarar el día de hoy.