“Tranquilos, voy a ponerme a disposición de la justicia. Soy el primer interesado en que la verdad se abra paso. Solo espero (que) el Poder Judicial cautele mi elemental derecho a la libertad”, refiere de puño y letra.
En otro pasaje del documento, León Alegría se dirige al presidente del Consejo de Ministros, Yehude Simon, demandándole que no le pida sacrificar su libertad para “tranquilizar su desesperación”.
Además, calificó de patética la recompensa de 100 mil nuevos soles ofrecida por su captura, la que atribuyó a la desesperación que siente el Gobierno por su incapacidad manifiesta para resolver los problemas de la gente.
“Diré que, en efecto me protegen personas poderosas pero no porque tengan posición o dinero, no, son humildes compañeros de provincias que creen en mi inocencia. Son poderosos porque tienen el valor de la fe”, asevera.