El militar, especializado en labores de inteligencia, según fuentes peruanas, fue detenido el pasado 30 de octubre, pero el caso salió a la luz pública dos semanas después y friccionó nuevamente las relaciones entre ambos países.
Los documentos entregados el miércoles a la embajada chilena en Lima son, según adelantó ayer en la mañana el ministro peruano de Exteriores, José Antonio García Belaunde, "como 2.000 folios", en los que se detalla la información reunida por Perú a través de la declaración de Ariza y las investigaciones realizadas.
Mientras Lima ha instado a Santiago a investigar los hechos, el Gobierno chileno ha insistido en desvincularse absolutamente, bajo la premisa de que "Chile no espía", según sus autoridades.
"Chile, muy seriamente como corresponde, va a revisar estos antecedentes", dijo hoy la ministra Tohá.
Respecto de la forma en que autoridades peruanas, incluido el presidente Alan garcía, se han referido a Chile y a la presidenta Michelle Bachelet a raíz de este caso, Tohá formuló un llamamiento a la prudencia.
"Es muy importante que los Gobiernos seamos prudentes ante denuncias de este tipo. Uno no sabe la cantidad de aristas, de temas, la seriedad que haya detrás de estos antecedentes. Por eso nos ha parecido que ciertas declaraciones fueron en su momento precipitadas", precisó.
"La firmeza de los países no se mide en el calibre de las ofensas que se le infieren a los vecinos. La firmeza de los países se mide en la consistencia de sus argumentos y se mide con sus hechos", añadió.