Las cifras multimillonarias que cobrarán representan una cantidad que ni el minero más calificado del mundo podría aspirar.
Según el portal Infobae, el primer indicio de esta buenaventura es la negociación de un periódico alemán con uno de los trabajadores de la mina de San José, cuando todavía se encontraba bajo tierra.
Bild, el diario alemán de mayor circulación, ofreció 45 mil dólares por 72 horas de entrevista. El contrato lo firmó el propio minero desde dentro del yacimiento.
Se dice también que intervienen en la puja por las declaraciones exclusivas de los familiares chilenos los canales japoneses de televisión.
Ariel Ticona fue padre durante la tragedia. Su hija, Esperanza, bautizada en honor al campamento, era el objetivo de muchos de los fotógrafos apostados en Copiapó. «La foto se la llevará el que más dinero ofrezca por ella», les dijo Elisabeth, la mujer de Ariel.
Cual estrella de cine, «Elvira Valdivia, la esposa del minero Mario Sepúlveda, pasó ante los periodistas como algunos famosos asiduos de las revistas del corazón: con gafas negras y sin detenerse a contestar», publica El País.
Se estima que varios medios estarían dispuestos a pagar hasta 25 mil dólares por contar con sus testimonios. Sin embargo, las grandes multinacionales CNN o BBC no serán las agraciadas ya que se ven impedidas por sus políticas editoriales.
TIENE ORGANIZACIÓN En tanto, unas 27 familias del total de 33 mineros se organizaron para encauzar las demandas judiciales correspondientes en busca de una indemnización. El objetivo es recibir como mínimo un millón de dólares por trabajador, reclamando tanto al Estado como a la Minera San Esteban a quien la justicia ya ha embargado por US$1,8 millones.
En tanto se estima que de publicarse un libro sobre los pormenores de la historia el rédito para los trabajadores podría elevarse hasta US$165.290 por cada 100 mil ejemplares vendidos.
Lo importante en esta historia es igualmente la vuelta a la vida de los 33 mineros, sanos y salvos. Su agonía durante el encierro se transformará en historias que recorrerán el mundo, en formatos de novelas, películas, libros, etcétera. Con dinero o no, sin duda, sus vidas jamás volverán a ser iguales que antes del fatídico 5 de agosto de 2010.