Dicen que los elefantes tienen buena memoria pero no deja de sorprender la reacción de Mila, una ejemplar capturada hace 37 años en Namibia, al encontrarse con otro de su misma especie.
Cuando sólo tenía cuatro años, vio por última vez a otro igual a ella, desde entonces ha permanecido en el Zoo de San Diego (EE.UU.) sin otra compañía que la de los visitantes que se acercaban a verla.
Pero ayer Mila conoció a Mary, una elefanta joven dispuesta a recordarle a su nueva amiga lo sociables que son en su especie. La reacción de Mila es maravillosa, levantó la trompa y la entrelazó con la de su amiga, el resto, juzgue usted mismo.