El agresor llamado Ricardo y su víctima la joven rusa Svetlana acudieron el pasado miércoles al espacio televisivo. Allí, él le pidió, arrodillándose ante ella, para que se casara con él. "Te quiero, la vida es sólo una y la quiero vivir contigo. Toma este anillo, acéptalo". Ella contestó tajante: "No".
Cuatro días después, la mujer, de 30 años y madre de un niño de 2, fue apuñalada varias veces en su domicilio y el lunes falleció en el hospital general Universitario de Alicante.
El espacio televisivo conducido por la periodista Patricia Gaztañaga no se percató que detrás de la personalidad pasiva de Ricardo, se escondía un sujeto violento y psicópata, pero además con antecedentes de haber agredido en ocasiones anteriores a Svetlana convertida luego en su víctima mortal.
Baldomero Limón, director general de los programas de Antena 3, ensayó hoy una justificación. "A los invitados se les obliga a rellenar un formulario muy extenso donde se preguntan todo tipo de cosas como, por ejemplo, si se tienen causas pendientes con la justicia o cómo es la relación que se ha tenido en la pareja hasta el momento. Nosotros no vimos en ningún caso que existieran muestras de maltrato o amenazas".
¿Les parece suficiente?, pues realmente no lo es. Un programa de este tipo, que convierte en espectáculo la conducta humana, no puede presentar alegremente estos hechos como cotidianos. ¿Acaso no hay un psicólogo en el equipo de producción?, ¿Acaso el asesino no pudo mentir en la llamada declaración escrita de la que habla Limón?.
El diario el País, ha reseñado hoy que este suceso de violencia machista no es el primero que se produce después de salir en televisión. aquí un repaso de asesinatos anteriores:
(1997) Ana Orantes fue a un programa de Canal Sur para denunciar malos tratos. Su marido la quemó viva en la puerta de su casa.
(1998) Ana Belén Barroso fue acuchillada en Madrid después de hablar en directo con Ana Rosa Quintana.
(1998) José Ignacio apuñaló a su esposa porque no fue a Lo que necesitas es amor para escuchar su propuesta de reconciliación.
(1999) Mar Herrero murió también tras denunciar su caso en televisión.
(2004) Ricardo pidió perdón a Teodora por sus infidelidades en El diario de Patricia y ella le perdonó. Semanas más tarde la policía encontró su cadáver en el maletero de un coche.
En el Perú extraña que los medios españoles, que se supone son más desarrollados, aun incurran en estos errores o que sus contenidos se les escape de las manos. No se trata de que por ejemplo los casos de abandono o infidelidad se muestren en cámaras como práctica cotidiana sino ofrecer una solución o una guía para salir de ese escollo. No olviden los comunicadores que detrás de la caja boba hay varios o miles de caos similares que esperan respuesta.