Eso es algo que no tiene su rival Republicano, John McCain y que podría ser, finalmente, el fiel de la balanza que incline un porcentaje mayoritario de votos a favor del candidato de raza negra a la presidencia de los Estados Unidos.
Michelle Obama fue clara al señalar, con una pausa y un suspiro, "yo quiero mucho a este país" para luego hablar de un momento de paz para Norteamérica. Sin duda, esa frase fue fundamental y esconde un mensaje primordial, probablemente dirigido al oponente de su esposo.
Si estas elecciones se situaban en años cercanos al 11-S (Atentado contra las Torres Gemelas), la situación variaría y favorecería al candidato y ex prisionero de guerra de Vietnam. Pero hoy el fantasma del terrorismo ha bajado de tono en Norteamérica y de hecho hablar de pacificar y de evitar la exposición de jóvenes militares a una guerra como la de Irak, es más eficaz.
Los estrategas de Obama también apelaron al sentimiento de los americanos, pues la imagen de una familia unida endosarán algunos votos.
Otro detalle de la Convención es la aparición de dos hermanos de Barack Obama que hablaron de su infancia y de su dura lucha contra la adversidad. El apoyo de los miembros de la familia Kennedy -tras el endose de votos de Edward Kennedy- y, finalmente, el cierre de la primera parte de la convención, donde apareció Michelle Obama, junto a sus dos pequeñas hijas que dialogaron con su padre vía satélite, se torna en una señal para que McCain cambie de estrategia.
Aún la diferencia es de tres puntos. Nada está dicho. Los estrategas políticos de ambos candidatos trabajan, pero la pelea es voto a voto, y presagiar a estas alturas un resultado sería arriesgado.
Antonio Manco
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