“Nuestro cuerpo es divinidad y creación de amor, por eso no se puede aceptar una maternidad impuesta, producto de una violación sexual y del abuso de poder que atropella y humilla nuestro ser. Afirmar que la violación sexual es un hecho fortuito y voluntad de Dios, es un acto de soberbia e injusticia. Dios nos regaló el don de la libertad de conciencia para decidir sobre nuestra vida y lo que nos afecta”, afirmó Eliana Cano, coordinadora de Católicas por el Derecho a Decidir – Perú.
Cano también sostiene que “CDD – Perú desde su identidad católica recuerda con desconcierto la frase célebre del cardenal Juan Luis Cipriani: ‘los derechos humanos son una cojudez’, y por ello, dudan que pueda acoger los ‘nacimientos no deseados’, o entender el dolor que ocasiona una violación sexual”.
Sin embargo, añade que “otorgándole el beneficio de la duda, le alentamos también a recibir a los niños y niñas que sufren desnutrición crónica, deserción escolar, abandono, exclusión, violencia, discriminación, a las niñas y adolescentes que son violadas sexualmente; así como a los afectados por el VIH y a todos los nacidos sin voz. Le preguntamos entonces qué vida defiende”.
En ese sentido, Cano dijo que CDD – Perú rechaza tajantemente la injerencia de los grupos conservadores religiosos y de la jerarquía de obispos católicos en decisiones de Estado y exige un debate técnico, jurídico y médico sobre las causales de aborto en cuestión y no centrado en dogmas religiosos. “Como mujeres de fe creemos en un Dios más justo, comprensivo y liberador; muchas mujeres católicas buscamos autonomía en nuestras decisiones y tenemos presente que un principio católico es promover la justicia y la equidad. Los evangelios se tienen que leer a la luz de la realidad actual”.
DATO:
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