Según las primeras informaciones, este militar, quien ya habría confesado su grave falta, venia siendo vigilado por elementos de la misma inteligencia de la FAP que encontraron sospechosas sus actividades a su retorno de Chile, donde sirvió en la embajada peruana.
El militar fue descubierto gracias a la participación de otro suboficial de la misma FAP, quien afirmó que este mal elemento trabajaba apoyado por otra persona que le pudiera proporcionar información realmente valiosa para transmitirla a las Fuerzas Armadas de Chile.
Por un momento se pensó que el suboficial podría acogerse a la figura de la colaboración eficaz, pero ello se frustró cuando no quiso señalar quienés eran sus cómplices peruanos. Incluso, manifestó que conseguía solo la información.
El suboficial ha sido puesto a disposición del Ministerio Público. Mientras que entre hoy o mañana el fiscal Jorge Chávez Cotrina se encargará de formalizar la denuncia por el delito de traición a la patria ante el Poder Judicial.
Si bien hasta el momento no se ha hecho pública su identidad, se trataría de un suboficial de alta graduación y era considerado uno de los elementos más valiosos del servicio de inteligencia de la FAP.
Como se conoce, el delito de traición a la patria es sancionado con pena de muerte solo en caso de guerra externa. De lo contrario se aplica la máxima pena, es decir, cadena perpetua.