Con media hora de retraso arrancó la ceremonia, donde estuvieron presentes los familiares más cercanos de la pareja, y el sentenciado ex presidente.
Fujimori llevaba un traje negro con una flor blanca en la solapa y lucía muy sonriente al ingresar de la mano con su hija. Previamente ambos descendieron de una limosina en ese momento esperaban en la capilla cerca de 50 invitados que llegaron a bordo de dos ómnibus.
Afuera del recinto, casi cien simpatizantes fujimoristas, esperaban ser parte del evento, en medio de la nutrida cobertura periodística. Desde los cerros aledaños, también se pudo ver fujimoristas, portando banderas peruanas y alemanas, animosos por ver algo de la boda.
‘Mi padre estuvo un poquito nervioso, pero muy contento como la novia’, refirió Keiko a RPP, al tiempo de indicar que la boda fue ‘muy emotiva’ y se derramaron muchas lágrimas.
Los flamantes esposos evitaron dar declaraciones a los periodistas a su ingreso al local, donde se celebra la fiesta y solo hicieron un saludo con las manos a decenas de simpatizantes fujimoristas, que también se encuentran apostados en la puerta principal del Museo Larco.
Como se recuerda, según anunciaron los novios, la ceremonia religiosa iba a ser estrictamente privada y familiar, sin la presencia de personajes políticos, los que solo estaban invitados a la recepción, la cual se celebra en el distrito de Pueblo Libre.