El reportaje reveló que la operación del mejoramiento de rostro de Cabanillas está pagada con boletas firmadas por Alegría, quien en 1994 ya afrontaba procesos judiciales.
“Ni yo, ni nadie del partido sabíamos la procedencia del dinero con la que fui operada”, declaró Cabanillas sobre los cuatro mil quinientos dólares que costó la intervención.
Aunque la aprista indicó que no aceptaría regalos de personajes comprometidos con casos de corrupción “porque no me muevo en círculos” y que, en el año en que se operó, León Alegría no había sido acusado de tener nexos con importantes casos de irregularidades -en referencia al Caso Petroaudios- la verdad es otra, según el informe.
La nota periodística señala que para el 15 abril de 1991 -tres años antes de la operación- el cuestionado ex ministro de Pesquería había sido acusado constitucionalmente por la irregular construcción del muelle pesquero de Chimbote, obra en la que no hubo licitación ni concurso público; y el 20 de octubre de 1994, a dos semanas de la operación, el ex ministro fue denunciado penalmente por enriquecimiento ilícito en agravio del Estado.
La saliente congresista arguyó que “un candidato no se fija en minucias” para justificar que no tuvo conocimiento del aporte económico de León Alegría a su campaña.
Añadió que detrás de cada postulación hay comandos de campaña que “se especializan en el tema financiero de la campaña” y que un candidato presidencial “no va haciendo asociaciones, juntas ni panderos; para eso hay grupos que recolectan fondos”.
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