Bruselas en alerta máxima (Foto El Mundo)

Bruselas, la capital de Bélgica, está en alerta ante un inminente atentado terrorista. La ciudad es vigilada al extremo, el centro semidesierto y todas las estaciones del metro están selladas, luego que el primer ministro belga, Charles Michel, alertó del riesgo de una acción terrorista similar a la de París con armas y explosivos, promovida por radicales islámicos.

Todo en esta ciudad está paralizado, no sólo comercios sino museos, teatros, cines, conciertos e incluso el deporte profesional sino que en las calles hay una suerte de procesión de hombres armados que se concentran en las puertas de los hoteles, en las iglesias, hasta en restaurantes de comida rápida.

¿Porqué Bruselas? sucede que esta ciudad de Oriente Próximo es la capital simbólica de Europa y sede de la OTAN, concentra además las sedes de las más importantes organizaciones pero además por su territorio se gestaron varias de las acciones armadas que acabaron con la vida de 128 personas en París e incluso de los atentados contra las torres gemelas en Nueva York.  

Pero la atención se centra en el modesto barrio de Molenbeek. Ese pequeño distrito bruselense, con aire desangelado durante toda la tarde de este sábado, es el lugar de Europa donde proporcionalmente más gente se ha unido al Estado Islámico para combatir en Siria; de allí salieron terroristas hacia España y Francia en esos trágicos atentados, y en otros como los de Charlie Hebdo.

Con los riesgos asociados a Molenbeek cada vez más a flor de piel, el Gobierno belga decretó el nivel de máxima alerta por terrorismo. Bélgica teme una réplica de los ataques de París: el peligro “es serio e inminente”, apuntó ante las cámaras Charles Michel.

Las autoridades cerraron el metro y redujeron a la mínima expresión el transporte público, recomendaron el cierre de centros comerciales y la cancelación de eventos deportivos y culturales. Y aconsejaron a los bruselenses que evitaran las aglomeraciones por su propia seguridad.

La ciudad obedeció. Bruselas se vació, especialmente en el siempre bullicioso centro, tomado por la policía y más de un millar de militares armados. El ejército cerró algunas calles con camiones y otros vehículos ligeros, que daban un aspecto impactante al paisaje urbano habitual de una gran capital europea. Ante la amenaza latente de un posible atentado, las constantes vitales de la ciudad están bajo mínimos: algunas de las arterias comerciales permanecieron semidesiertas; por el centro deambulaban básicamente turistas sin museos, tiendas o teatros adonde ir.

“No hay casi nadie básicamente por miedo, por esta multitud de policía y cámaras de televisión y puede que también por la lluvia helada de hoy”, decía el dueño de una tienda junto a la archifamosa Grand Place. “Llevamos días así”, apuntaba un vecino de Molenbeek visiblemente hastiado por la presión mediática.

Conexión con Turquía

El primer ministro optó por dar el aviso y ahorrarse detalles. Michel instó a la población a “permanecer vigilante” sin caer en el “pánico” —difícil combinación—, y apenas ofreció explicaciones adicionales. El Gobierno situó el nivel de alerta en el escalón máximo —cuatro— y el primer ministro subrayó que dispone de información “relativamente precisa”, que no concretó, del riesgo de un ataque al estilo de París.

“Hay peligro de que varias personas con armas y explosivos cometan atentados en varios lugares”, dijo. “Estamos movilizando al máximo número de gente posible, a toda la policía y a un millar de militares para garantizar la seguridad”, añadió el titular de Interior, Jan Jambon.

Las alarmas saltaron ya en la tarde del viernes, cuando el Ejecutivo sopesó dar ese paso ante los indicios de que uno de los terroristas que atentaron en París puede haber regresado a Bruselas, al inevitable Molenbeek, para preparar algún movimiento. Abdelhamid Abaaoud, el presunto autor intelectual del plan —fallecido en París el miércoles tras una redada de la policía francesa—, procedía de ese barrio, al igual que uno de los suicidas, Ibrahim Abdeslam.

Su hermano Salah Abdeslam, de 26 años, pudo haber regresado a Bruselas tras los atentados. Dos belgas están arrestados por haberle traído desde París; en total, tres personas han sido detenidas por cargos relacionados con el terrorismo desde los ataques. La policía ha multiplicado las redadas, tanto en Molenbeek —donde las autoridades insisten en que harán registros “casa por casa” si es necesario— como en otros distritos de Bruselas y en otras localidades, como la ciudad flamenca de Vilvoorde, otro de los focos desde donde parten combatientes a Siria.

Las autoridades belgas ya cancelaron esta semana el partido amistoso entre Bélgica y España, y este sábado recomendaron suspender el fútbol profesional durante el fin de semana —aunque la federación anunció que muchos de los partidos se jugarán pese a todo—, así como los eventos deportivos más importantes, los conciertos y cualquier acontecimiento que pueda servir como diana. Bélgica albergará en apenas unos días la final de la Copa Davis de tenis, que también podría suspenderse.

La tensión aumenta en el pequeño país centroeuropeo, que alberga a unos 600.000 musulmanes, un 6% de la población total (uno de los porcentajes más elevados de Europa, solo por detrás de Francia). En algunas zonas, esa proporción supera el 20%. La presión internacional ha subido enteros ante las conexiones con los ataques de París, que se repiten sistemáticamente cada vez que hay actos terroristas en el continente. Algunos medios internacionales han llegado a acusar a Bélgica de “Estado fallido”, a la vista de los flagrantes errores de seguridad, que han llevado al Gobierno a aprobar medidas de urgencia.

Bélgica ya estuvo en máximo nivel de alerta en mayo de 2014, tras un atentado al museo judío, a finales de 2007. La policía desbarató entonces un plan yihadista y detuvo a 14 personas que pretendían atacar una prisión para liberar al terrorista Nizar Trabelsi, extraditado después a EE UU. La alerta máxima se mantuvo dos semanas. El Ejecutivo no da pistas de cuánto puede durar esta vez: podría expirar hoy mismo, pero antes las autoridades tienen previsto reexaminar la situación. / Con información de El País

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