Sin duda que los congresistas peruanos se estampan una vez más el sello "Otorongos" luego de que ayer, en una sesión maratónica del Pleno del Congreso, sancionaron con mano blanda a los cuestionados congresistas, José Vega, Yaneth Cajahuanca y Miró Ruiz.
Sin duda que los congresistas peruanos se estampan una vez más el sello "Otorongos" luego de que ayer, en una sesión maratónica del Pleno del Congreso, sancionaron con mano blanda a los cuestionados congresistas, José Vega, Yaneth Cajahuanca y Miró Ruiz.
Como se recuerda los tres parlamentarios incurrieron en graves faltas contra la Ética Parlamentaria. Puntualmente en el caso de Vega, la comisión de Ética pidió 90 días de sanción por contratar en su despacho a la conviviente de su hijo, Susana Silva Paz, que resultó ser una empleada fantasma y que nunca acudió a laborar.
Sin embargo, gracias a los votos de un sector del Apra y de otras bancadas ayer el controvertido legislador sólo fue suspendido por treinta días.
"El hecho merecía una sanción mayor así como una investigación a nivel judicial, pero la mayoría parlamentaria decidió que no sea así", señaló Yonhy Lescano, integrante de AP.
En el caso de Yaneth Cajahuanca (Partido Nacionalista) sólo se le suspendió por 30 días, pese a que la comisión de Ética pidió para ella 12o días de suspensión.
A ella se le acusa de contratar a su pareja sentimental, William Pérez Meléndez, como asesor de su despacho congresal así como promover un proyecto de ley que beneficiaba a su empresa distribuidora de gas.
Finalmente, el caso más emblemático de estos cuestionados congresistas corresponde al congresista del Partido Nacionalista (PN), Miró Ruiz, quien disparó y mató a un perrito de raza Schnauzer, "Matías", en mayo pasado y justo cuando el animal entró a su corral de patos y gallinas.
El legislador no tenía permiso para portar armas y encima la que utilizó para eliminar al can no era todavía de su propiedad.
