Narcotráfico

La seguidilla de extranjeros detenidos por tráfico de drogas en el aeropuerto Chacalluta de Arica, en los últimas semanas, encendió las alarmas de la policía chilena, ante lo que sería una "ruta de prueba" para el envío de cocaína hacia Europa.

La seguidilla de extranjeros detenidos por tráfico de drogas en el aeropuerto Chacalluta de Arica, en los últimas semanas, encendió las alarmas de la policía chilena, ante lo que sería una "ruta de prueba" para el envío de cocaína hacia Europa.

Según revela hoy el diario "El Mercurio" desde el 29 de enero pasado, seis pasajeros extranjeros fueron sorprendidos con droga en Chacalluta (Arica – Chile): tres españoles, un portugués, un italiano y un argentino.

En total portaban 19,1 kilos de cocaína en fajas adosadas al cuerpo, ocultas en las estructuras de maletas, disimuladas en botellas e incluso diluidas en el líquido de frascos de perfumes. El destino era Madrid, Amsterdam y Londres.

Hace un año, el aeropuerto de Arica recuperó su condición internacional, recibiendo tres vuelos semanales de Arequipa. El jefe de la Brigada Antinarcóticos de Investigaciones del aeropuerto Arturo Merino Benítez de Santiago, Elías Arriagada, señala que esto abrió una nueva ruta "que está siendo probada por el narcotráfico internacional. Ello nos obligó a diseñar un plan con etapas en Arica y Santiago".

Este considera que el terminal de Chacalluta aprovecha el control migratorio para fiscalizar, y su similar de Santiago se concentra en los vuelos provenientes del norte.

Mafias africanas

En 2009, en Merino Benítez se han registrado 10 decomisos a extranjeros, con 25,8 kilos de cocaína incautada. En seis de esos casos el destino era Europa y en dos la droga estuvo en tránsito en Arica. Seis provenían de Perú y cuatro de Bolivia.

Algunos de los detenidos han señalado que son reclutados por mafias africanas, que se percatan de su mala situación económica y los envían a Sudamérica para recoger la droga.

Ayer fue formalizado en Arica José Vila Mendoza, un comerciante español de 73 años avecindado en Ecuador, que intentó burlar los controles disfrazado de sacerdote. Portando una Biblia y un crucifijo, llevaba bajo la chaqueta eclesiástica, en los muslos y zapatos 3 kilos 150 gramos de cocaína. "Estoy arrepentido, actué por mi situación económica", dijo.

Administrador de contenidos de Grupo Periodismo en Línea

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