{youtube}2XZ4WP1ED28{/youtube} (Video Youtube) Recientemente el presidente del Congreso, Luis Alva Castro, desembolsó una fuerte suma de dinero para refaccionar la casa donde vivió el líder aprista Víctor Raúl Haya de la Torre, pero todo indica que la misma suerte no corren otras diez casonas antiguas de ilustres personajes que están abandonadas a su suerte por las autoridades.


{youtube}2XZ4WP1ED28{/youtube} (Video Youtube) Recientemente el presidente del Congreso, Luis Alva Castro, desembolsó una fuerte suma de dinero para refaccionar la casa donde vivió el líder aprista Víctor Raúl Haya de la Torre, pero todo indica que la misma suerte no corren otras diez casonas antiguas de ilustres personajes que están abandonadas a su suerte por las autoridades.

Según un extenso reportaje publicado hoy por el diario Correo , el
Congreso sólo se ha ocupado en rescatar a una de estas residencias
coloniales, mientras las demás siguen invadidas por mercadillos,
tugurios e imprentas.

El matutino comprobó in situ la situación de estos inmuebles gracias a un antiguo mapa de la Ciudad
de los Reyes y junto con el historiador Manuel Zanutelli Rosas y el
legislador Víctor Andrés García Belaunde.

HOSPICIO EN ABANDONO.
La primera parada fue en el hospicio de la
familia Ruiz Dávila -de añejo y aristocrático linaje-, una construcción
que data del siglo XIX y que en el pasado albergó a personas de la
tercera edad.

Hoy, los terremotos y la humedad limeña le han pasado la factura a las
estructuras de quincha y madera de este inmueble, ubicado en el jirón
Áncash 569.

"Esto lo quisieron vender a un mercadillo con la entonces ministra de
la Mujer, Susana Pinilla, pero nos opusimos. Le doy una primicia: el
Congreso la va a comprar, previa restauración", relató un entusiasmado
García Belaunde.

Pero de las buenas noticias pasamos a las malas.Así, la casa de "El brujo de los
Andes", Andres Avelino Cáceres, enclavada en el antiguo jirón
Chachapoyas (hoy Andahuaylas N°171) es hoy
ocupada por una treintena de familias.

En su ingreso todavía son visibles las vigas de pino maltratadas, los
techos de madera tallada, las rejas antiguas oxidadas y otras
reliquias. "Aquí se realizaban tertulias en las que participaba incluso
Abraham Valdelomar", relató García Belaunde.

"El recorrido nos llevó luego a otra casona en la cuadra 4 del jirón
Junín, y que acogió desde 1823 nada menos que al libertador Simón
Bolivar durante su estancia en Lima", detalla Correo.

Si bien la fachada, el zaguán y el patio se encuentran intactos, el
resto está habitado por numerosas familias. "Esta casa ahora es de la
familia Palacios, pero están desesperados porque está tugurizada por 40
familias que no quieren salir", narró García Belaunde. De ese recinto,
manos extrañas sustrajeron la placa conmemorativa de 1923.

TRAICIONES PERUANAS. En peor situación está la casa donde nació el
autor de las Tradiciones Peruanas, Ricardo Palma. De ella sólo queda la
fachada, un arco y una placa visible en la tercera cuadra del jirón
Ayacucho. "En esta casa nació, el 7 de febrero de 1833, don Ricardo
Palma. Homenaje de la ciudad de Lima. Lima, 7 de febrero de 1920", se
lee en el bronce.

Sin embargo, el inmueble es literalmente "un cascarón", pues dentro
funciona una galería comercial que por ironías de la vida muestra un
tablón que dice "Galería Ricardo Palma".


LA CASA BARBIERI.
Pero el mayor golpe que recibieron el
historiador Zanutelli y García Belaunde fue constatar el abandono de la
Casa Barbieri, residencia del Conde de Villa de Fuente y construida en
el siglo XVII (ver foto principal).

Un salón principal que aún conserva faroles y ventanas
originales, soportan cinco ruidosas imprentas y una
cuadrilla de trabajadores que, al parecer, ignoran dónde están parados.

Zanutelli, que conoce sus recovecos, encontró casi tapiada una sala de
espejos. El patio principal aún conserva una pequeña pileta, y las
baldosas y balcones superiores todavía resisten, dice. "Esto le
pertenece a León Rupp", comentó uno de los trabajadores.


HÉROE SIN CASA.
La Casa de la Soledad, donde vivió Manuel Villar -héroe
del Combate de Abtao-, también fue víctima de la modernidad, pues en el
lugar se construyó un edificio en la actual gestión del alcalde Luis
Castañeda. Según el historiador Zanutelli, parte del inmueble y su
placa se esfumaron.

La que todavía conserva sus placas conmemorativas algo
corroídas es la casa de Nicolás de Piérola, dos veces presidente del
Perú. Similar panorama se observa en la casona del vate José Santos Chocano
-del jirón Caillona-, que todavía conserva sus placas originales, así
como en la morada del héroe de la Batalla de Huamachuco, Luis Germán
Astete.

En el recorrido, fue frustrante no encontrar la casa del investigador y
catedrático italiano Antonio Raimondi, en los Barrios Altos. Zanutelli
registraba en sus apuntes la calle de la Peña Horadada 935 (hoy jirón
Áncash), pero la numeración no existía y nadie dio razón.

Administrador de contenidos de Grupo Periodismo en Línea

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