Cobarde justificación de un delincuente.
Cobarde justificación de un delincuente.
El delincuente José Luis Astuhuamán Estacio pidió perdón y dijo estar arrepentido por haberle diparado a la pequeña Romina Cornejo (3), quien nunca podrá volver a caminar luego que la bala impactara en su cuello tras robarle 6 mil dólares a sus abuelos en la Vía Expresa.
“Estoy arrepentido, pido perdón y le disparé drogado”, expresó Astuhuamán, quien fue llevado hasta el puente Santa Rosa, en el Rímac, para que señale el lugar exacto donde tiró el arma que utilizó para disparar contra el vehículo donde se movilizaba la menor junto a sus abuelos
“Yo también tengo hijos y no quisiera que le pase lo mismo. Yo no le quería disparar. Estoy arrepentido”, aseguró una vez más Astuhuamán a los periodistas que lo seguían mientras era llevado a la sede de la DIRINCRI.
El sujeto sostuvo que en el asalto participaron seis delincuentes y manifestó que al momento de escuchar los disparos al aire que efectuó la Policía, se puso nervioso y disparó contra el auto, y sólo se dio cuenta de la presencia de la menor por los gritos de sus abuelos.
Tanto Astuhuamán como el venezolano nacionalizado peruano Handerberg Porras Delfín (32) fueron interrogados por las autoridades, luego de haber confesado haber atacado el vehículo en el que se trasladaba Romina Cornejo junto a sus abuelos, con la finalidad de robarles el dinero que portaban.
