El enfermero de la posta médica de Santa Rosa de Mishollo, Justo Mayta Quispe, que socorrió al senderista Florindo Flores Hala «Artemio» dio un revelador testimonio a las autoridades. 

Según Panamericana TV, Mayta admitió que brindó atención al terrorista, porque en su profesión no se distingue raza, sexo o condición, sino se privilegia la vida del paciente. 

Vi que sangraba mucho en el pecho. Tenía una mano perforada y esquirlas en los brazos. Solo pensé en atenderlo y neutralizar la hemorragia. Yo no distingo la condición social o política de la persona, mi deber era atenderlo y eso hice”, declaró a la policía.

Reveló que durante todo el tiempo se quejaba de dolor, pero no pudo determinar las lesiones que presentaba. Solo vio que sangraba demasiado.

“Soy enfermero, no doctor. No podía establecer si tenía comprometidos sus órganos vitales. Eso se hace con una radiografía. Yo solo lo estabilicé con sueros y luego se lo llevaron, manifestó Mayta.

Asimismo, la jefa del referido centro de salud, manifestó que el líder senderista luego de ser herido de bala en la mano y el tórax, llegó con escalofríos y en estado de shock.

Su condición de salud es muy grave, bien reservada, porque incluso ha llegado con escalofríos, ha tenido un shock”, señaló a América Noticias.

Finalmente, la esposa de uno de los enfermeros que auxiliaron al camarada Artemio en la posta médica, Levi Alvarado Hernández, declaró que el líder senderista “ya debe estar muerto”.

“Ellos tocaron la puerta de mi casa, y preguntaron por mi esposo, que es enfermero. Yo tenía miedo y pensé lo peor. No salí del cuarto. Solo escuché que mi esposo Levi hablaba con ellos. Les explicaba que era necesario y urgente que lo operaran para parar la hemorragia. Por su condición ya debe estar muerto”, indicó 

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