Los casos de bullying en nuestro país van en aumento y la principal causa es la falta de control y tratamiento adecuado para estos casos en los colegios.
Según la psicóloga Eva Caballero Jiménez, especialista en terapia familiar-sistémica del Hospital de la Solidaridad de San Martín de Porres, los propios maestros son en parte responsables por hacer uso de cualquier tipo de agresión, directa ó indirecta, ya sea físico o verbal para poner orden.
Agregó que esta actitud de los docentes le quitan autoridad para cuestionar los ataques de los agresores.
“Somos cada vez más permisivos y a la vez más “tolerantes”, pocas personas están participando del tema, con lo cual contribuyen al aislamiento de la víctima, dejándola desprotegida”, manifestó Caballero.
Para la experta el comportamiento de estos escolares en contra de sus compañeros o compañeras de escuela más que un trastorno mental, es un trastorno del comportamiento reflejo de un hogar, que en su momento no supo darle a ese ser humano un marco de referencia seguro de personalidad estructurada y firme con lo cual se pueda proteger, debido que la fotografía de un hogar son los hijos “, indicó.
Según Eva Caballero existen diversos tipos de bulliyng en nuestra sociedad tales como: Happy slapping (cachetada feliz, vía celular), Ciberbullyng (a través de la red), física, verbal, social, homofóbico y sexual.
“Lamentablemente algunos escolares víctimas de bulliyng deciden quitarse la vida a causa de la existencia de conductas de hostigamiento y violencia en la escuela, comportamientos de desprecio, ridiculización, intimidación, amenaza, exclusión, robos, extorsiones, chantajes y deterioro de pertenencias. Es una bomba de tiempo que de un momento a otro explota”, precisó.
La especialista aconseja que los padres deben estar atentos si sus hijos presentan los siguientes síntomas que indican que es víctima de bullying , como el miedo y rechazo al centro educativo, pérdida de confianza en sí mismo y en los demás, problemas de rendimiento académico, niveles altos y continuos de ansiedad, y descenso de autoestima y cuadros depresivos que pueden desencadenar en suicidio.
“Es importante ser observadores en esto, porque uno nunca sabe lo que le ocurre al estudiante en los colegios, hasta cuando ya es demasiado tarde”, agregó.