La justicia chilena absolvió al general en retiro del Ejército de Chile Carlos Parera Silva de las acusaciones de violación sexual en contra de su empleada del hogar de nacionalidad peruana, Alejandrina Janampa Quispe, y de la hija menor de esta, al establecer que la primera padece de un trastorno sicótico.

La justicia chilena absolvió al general en retiro del Ejército de Chile Carlos Parera Silva de las acusaciones de violación sexual en contra de su empleada del hogar de nacionalidad peruana, Alejandrina Janampa Quispe, y de la hija menor de esta, al establecer que la primera padece de un trastorno sicótico.

La resolución fue adoptada por el Tribunal Oral en lo Penal de La Serena, localidad al norte de Santiago, concluyó que cuando ella hizo la denuncia, se encontraba en un estado de confusión que le impedía distinguir lo real de lo ficticio, por cuanto sufría trastornos de personalidad que trataba con ansiolíticos.
 
Cabe señalar que el Ministerio Público chileno no había encontrado indicios suficientes de que el oficial ultrajó a la peruana mientras ella laboraba en su casa, la amenazó con un arma de fuego y manoseó a la niña.

Una tercera consideración del fallo acogió la defensa del acusado, quedando fehacientemente establecido que éste no estuvo en el lugar en la fecha y hora en que la mujer ubicó su relato.

Para el tribunal, el relato ofrecido por Janampa tampoco tiene validez, pues ella realizó la denuncia recién dos meses después de ocurridos los hechos. El fiscal del caso, Andrés Vega, adelantó que presentará un recurso de nulidad ante la decisión judicial.

Por su parte, el general Parera, integrante de la cúpula del fallecido dictador chileno Augusto Pinochet, aseguró que los últimos cuatro años -en los que estuvo procesado- fueron de mucho dolor para él y su familia. El testimonio de Alejandrina, que no fue considerado por el tribunal, probablemente sea tan o más doloroso también.

La empleada del hogar contó que el 31 de julio del 2004 ella se alistaba para reunirse con otros peruanos y celebrar las Fiestas Patrias. Pero la dueña de la casa le pidió que se quedara porque ella tenía que asistir a un compromiso.

De acuerdo con su relato, el general Parera también estaba en el domicilio. Por ese entonces, la hija de Alejandrina tenía 2 años. Según cuenta, el militar había intentado en más de tres oportunidades acercarse a ella con intereses sexuales, pero ella calló por miedo.

 

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