A Kilómetros de distancia quise, peleando con la razón y obedeciendo a los sentimientos, decirte lo inmensa de esta pena que no me deja en paz. Que cursi, estarás pensando. Pues bien, estás en lo cierto. Atrás (me costó demasiado) he dejado la pose del macho men, del sex symbol que nunca seré, del reporterito bien entrenado.

A Kilómetros de distancia quise, peleando con la razón y obedeciendo a los sentimientos, decirte lo inmensa de esta pena que no me deja en paz. Que cursi, estarás pensando. Pues bien, estás en lo cierto. Atrás (me costó demasiado) he dejado la pose del macho men, del sex symbol que nunca seré, del reporterito bien entrenado.

Ahora mismo, con el corazón en la mano, voy a hacer el último intento.  Estoy dando el manotazo de ahogado. Sopla fuerte a ver si la técnica de respiración funciona. Aunque desde hace tiempo, nado con todas mis fuerzas en medio de la nada, sin saber siquiera si voy hacia la orilla o mar adentro. Que chucha, que pase lo que tenga que pasar.  Las olas que golpean más fuerte, ya casi no asustan.

Te mentiría si te digo que no puedo
que si me dejas no voy a sobrevivir
te mentiría pues de amor nadie se muere
que el dolor pasa y se acurruca dento de mi.

Hace mucho, un extraño maleficio ingreso a mi vida. Era, que duda cabe, el conjuro de la soledad. La maldición de la tristeza. El castigo del abandono. No entiendo porqué pero esta noche tengo la necesidad de hacer una larga lista, con la única esperanza que la leas y encuentres en ella alguna coincidencia. Me basta con una… o dos, en el mejor de los casos.
Oye tú, niña de ojos lindos entérate: extraño despertar y saber que no estás mi lado.

Que me despiertes de madrugada para contarme tus sueños. Que me levantes – también de madrugada – para que vaya a trabajar. Llamarte hasta que contestes, solo para decirte que te amo. Para variar, de madrugada también. Extraño besarte hasta el alma. Que me beses también. Esa sonrisa maliciosa cuando querías hacer travesuras. Tu mirada penetrante y hasta tus poses de mujer fatal. Que me prohíbas emborracharme con mis amigos.

Te extrañaría por las tardes si me acuerdo
pues no es muy bueno la cabeza atormentar
es mas bonito emocionarme si te veo
en una foto pues de frente sería fatal.

Extraño acariciarte. Cenar juntos. Que me abraces fuerte. Que te molestes porque nunca aprendí a besar. Conversar sin parar y sin importar la hora que sea. Decirte cosas bonitas al oído. Esos mensajes que me estremecían el alma. Que te tomes mi trago. Que te demores en llegar a nuestra cita. Que me digas de cariño: chancho y que vuelvas a ser mi gorda.

Te extraño tanto que me falta corazón. Te extraño viajando y durmiendo a mi lado, como en primera clase, sin importar que estábamos en Soyuz. Cuando lo hicimos por primera vez. Y por segunda y por tercera. Extraño caminar cogiéndote de la mano, aunque solo a ratos. Que imites la pose de Tongo en las cabinas telefónicas. Que juguemos hasta caer de la cama, y aún en el suelo seguir – como taraditos – riéndonos de nada.

Te mentiría si te digo que me muero
que ando escuchando una canción de esas de ayer
no te equivoques el amor no me da miedo
no te preocupes, lo que me hiciste
no me va a doler.

Extraño comer cantidades industriales de papas fritas sabor a pimienta. Despeinar tu cerquillo. Torturarte con el celular para que te apures. Pensar juntos en M y L. Planear nuestras vidas. Que me cuides cuando estaba enfermo. Que me abraces cuando estaba triste. Abrazarte cuando tú lo estabas. Extraño todo de ti.  Extraño no tenerte a mi lado en este instante. A mi felicidad que te llevaste, cuando te fuiste. Te extraño tanto amor… que no te extrañe que termine ahogado en lo que sea, por dejar de extrañarte. 

10:18 P.M
AREQUIPA – PERÚ

Administrador de contenidos de Grupo Periodismo en Línea

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.