La Asociación Nacional de Productores de Maíz y Sorgo afirma que el Estado tiene el deber de impulsar un modelo productivo agrícola moderno, con innovaciones tecnológicas que permitan mejorar costos y rendimientos, y plantea que la Dirección General de Competitividad del MINAG y la Asociación Nacional de Productores inicien un programa piloto en las regiones significativamente productoras.
La Asociación Nacional de Productores de Maíz y Sorgo afirma que el Estado tiene el deber de impulsar un modelo productivo agrícola moderno, con innovaciones tecnológicas que permitan mejorar costos y rendimientos, y plantea que la Dirección General de Competitividad del MINAG y la Asociación Nacional de Productores inicien un programa piloto en las regiones significativamente productoras.
“Nuestra actividad productiva tiene que buscar competencias que permitan modificar los actuales procedimientos, conocimientos y habilidades en el manejo del agro: bajo el sesgo tradicional actual, estamos limitados para buscar mejores costos de producción y un mayor rendimiento”, afirmó Flavio Moreno, Presidente de la Asociación Nacional de Productores de Maíz y Sorgo.
Según Moreno, “no existen las condiciones necesarias para incluir innovaciones en nuestros modelos de producción. El Reglamento de Bioseguridad no está aprobado y nos quedamos atrasados frente a los demás países de la región. La tecnología es una herramienta valiosa si se toma en cuenta las posibilidades que nos abre de cara a mejorar las condiciones de cultivo, rendimiento y modelo agrícola”.
La propuesta de la Asociación Nacional de Productores de Maíz y Sorgo incluyen medidas a corto y mediano plazo que permitan el uso de semillas certificadas, asesoramiento profesional, análisis de suelos, control de maleza y del agua, controles fitosanitarios, rotación de cultivo y prácticas de labranza, entre otras innovaciones.
“Quisiéramos ser parte de ese grupo de agricultores de países en vías de desarrollo que empleó la tecnología desde 1996 al 2007, y que han logrado beneficios netos de US$ 6,0000.000 millones de dólares”, afirma Moreno.
Respecto a los cultivos que son materia de interés para la Asociación que preside, el agricultor afirma que se solicitará al Ministerio de Agricultura que el Estado, a través de la Ley de Biotecnología, Bioseguridad y Medio Ambiente, emita un Reglamento de Bioseguridad que permita experimentar con semillas MG a fin de obtener mayor información para determinar el aporte de las tecnologías a la actividad productiva peruana.
“Asimismo, hemos solicitado que se otorgue en dicha Reglamentación un régimen de protección especial a nuestros maíces andinos (Blanco y Morado), con el fin de preservar nuestras razas nativas, que se establezcan medidas de bioseguridad caso por caso para evitar las mezclas de variedades y la identificación de las zonas en las cuales el uso de semillas de maíz genéticamente modificados estará permitido. Para estas acciones, la Asociación estará atenta a apoyar a las entidades competentes”, comenta el representante del gremio agrícola.
Esta decisión de solicitar mayor impulso del Estado para el uso de la biotecnología, es producto de la consulta mediante Asambleas Extraordinarias Descentralizadas con los líderes de las Regiones y de Valles representativos, que tuvo como propósito presentar al Estado una propuesta coherentemente técnica y con fundamento para poder impulsar el uso de la biotecnología en la actividad agrícola.
Entre otros puntos solicitados por la Asociación Nacional de Productores de Maíz y Sorgo, se observa el respeto a los Decretos Supremos N° 28811 y 28812 (compensaciones monetarias para los agricultores maiceros, por los efectos de los acuerdos comerciales entre USA y MERCOSUR); la reglamentación del Decreto Legislativo N°1077, que determina composiciones para la competitividad; la evaluación de un fondo de garantía que sirva como aval para garantizar préstamos a los agricultores maiceros; y que se permita a través de Agrobanco un menor costo de los intereses al financiamiento de la producción.
