El embajador chileno, Jaime Lagos, célebre en su país para temas limítrofes, sostuvo que la réplica que Perú presentó ante la Corte de la Haya en el marco del diferendo marítimo con el país vecino, «es un puzzle» y «sobrepasó» en longitud lo que exige el tribunal internacional.
El embajador chileno, Jaime Lagos, célebre en su país para temas limítrofes, sostuvo que la réplica que Perú presentó ante la Corte de la Haya en el marco del diferendo marítimo con el país vecino, «es un puzzle» y «sobrepasó» en longitud lo que exige el tribunal internacional.
En declaraciones al diario chileno, «El Mercurio», el diplomático sugirió que una de las explicaciones que podría favorecer a su país es que el Perú mantuvo un silencio de 50 años, periodo en el que no reclamó la demarcación establecida por los tratados de 1952 y 1954 y que Perú considera sólo como acuerdos de pesca.
«Tiene 300 páginas (la réplica) y eso excede lo que el propio reglamento de la Corte dice. Este especifica que las declaraciones deben ser mucho más sumarias, y no repetir los mismos argumentos de la memoria. Pero en este caso, la memoria y la réplica tienen la misma longitud. Esto me hace pensar que se repitieron muchos puntos de los presentados originalmente. La situación, sin embargo, no va a afectar el fallo de la corte, porque probablemente ésta tendrá amplitud de miras», señaló Lagos.
Agregó que -para su país- la clave es defender esos tratados como demarcatorios de frontera. «Para Chile es básico hacerlo y en eso está fundada toda la tesis. Hay que defender esto, nuestra conducta durante 50 años y hacer resaltar, además, el silencio de 50 años que mantuvo Perú», dijo.
En otro momento el diplomático chileno sostuvo que «no debe faltar como prueba», la posición ecuatoriana, que considera a ambos tratados también firmados con el Perú como territoriales.
«Si uno se ciñe a las últimas declaraciones que ha entregado el Presidente Correa, se desprende que el interés de Ecuador no es intervenir como tercero», añadió.
Jaime Lagos concluyó que el proyecto peruano «no satisface enteramente a la parte ecuatoriana». «Es por eso que Ecuador envía una carta náutica a Perú. Y si Perú la rechaza, ahí sí que Correa intervendrá», remarcó.