A nueve días del naufragio del crucero Costa Concordia, una nueva tragedia se asoma en la costa de la isla de Giglio: la contaminación del mar por las 2,400 toneladas de petróleo almacenadas en los depósitos de la nave.

Ya se están apreciando las primeras manchas de petróleo, según pudieron advertir los pilotos de los helicópteros de salvamento adscritos a la capitanía de Livorno.

Es por ello que los servicios de emergencia ambiental han empezado a actuar para frenar una posible marea negra.

El ministro del Ambiente, Corrano Clini, advirtió que el “el riesgo ambiental para la isla de Giglio es altísimo. El objetivo es evitar que el carburante salga de la nave. Estamos trabajando en ello. La amenaza es real, porque 2.400 toneladas de carburante no son fáciles de gestionar”.

El presidente de Costa Cruceros compareció en Génova para admitir que aún no saben qué harán con el barco una vez que se concluya la búsqueda de los desaparecidos.

Hasta ahora, lo concreto es que se han perdido 11 vidas humanas, todavía hay un número de desaparecidos por precisar, además del costo económico para la naviera ha perdido US$93 millones en efectivo.

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