Hace unos meses advertía que Facebook perdía alcance, según cifras recientes de Metricool, pero hay situaciones como el rescate del pequeño Jesús Mateo que pueden generar una tendencia imparable y reunir a millones por una buena causa.
El reciente rescate de este niño de un año y ocho meses que cayó en un pozo de nueve metros de profundidad en la localidad de Orellana, Ucayali, es un claro ejemplo de cómo las redes sociales pueden movilizar a una nación entera y captar la atención mundial.
Este incidente no solo puso a prueba la capacidad de respuesta de las autoridades y la comunidad local, sino que también destacó el poder de la información en tiempo real y la solidaridad digital.
El accidente que conmocionó a Orellana
El 28 de febrero, alrededor de las 6:00 a.m., Jesús Mateo acompañaba a su padre en un terreno del barrio San Isidro, cerca del río Ucayali.
En un descuido, el pequeño cayó en un pozo tubular de aproximadamente nueve metros de profundidad y entre 20 y 35 centímetros de diámetro, dejado sin protección por trabajadores que realizaban perforaciones en la zona.
La estrechez del pozo dificultó las labores de rescate, generando preocupación entre los habitantes de Orellana.
La respuesta inmediata de la comunidad y las autoridades
Al percatarse del accidente, los vecinos, junto con el padre del menor, iniciaron labores de rescate utilizando herramientas manuales como palas y picos. Ante la complejidad de la situación, se solicitó apoyo especializado.
El Ministerio del Interior coordinó el envío de dos helicópteros desde Pucallpa con personal de la Policía Nacional, la Marina de Guerra y los Bomberos Voluntarios del Perú, quienes se unieron a las labores de rescate.
La cobertura en tiempo real que movilizó al país
En medio de la emergencia, el periodista local Helí Tuanama Morayari, conocido en redes como «Chanako T M Heli», inició una transmisión en vivo a través de Facebook Live.
Durante 19 horas ininterrumpidas, mantuvo informada a la audiencia sobre el desarrollo del rescate. Su dedicación y compromiso lograron que más de 130,000 personas se conectaran simultáneamente, acumulando 28 millones de vistas durante la transmisión.
Esta cobertura no solo mantuvo informada a la población, sino que también sirvió como puente para que diversos medios de comunicación se sumaran a la difusión del suceso. Antes los canales de TV y radios tocaron la noticia, pero por la noche, ad portas del rescate, cambiaron de actitud.
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Las redes sociales como epicentro informativo
El caso de Jesús Mateo evidenció el poder de las redes sociales para movilizar a la sociedad. Plataformas como Facebook y TikTok se convirtieron en las principales fuentes de información en tiempo real, permitiendo a millones de personas seguir de cerca las labores de rescate y expresar su solidaridad con la familia del menor.
La inmediatez y el alcance de estas plataformas demostraron su capacidad para unir a la comunidad en momentos críticos.
El desenlace esperado y la reflexión sobre el poder de la información
Tras casi 20 horas de intensas labores, Jesús Mateo fue rescatado con vida a la 1:45 a.m. del 1 de marzo. Su estado de salud fue catalogado como «milagrosamente estable» por el personal médico que lo atendió.
Este acontecimiento no solo resaltó la valentía y solidaridad de la comunidad y las autoridades, sino que también evidenció el papel fundamental de una cobertura periodística comprometida y efectiva en situaciones de emergencia.
En conclusión, el rescate de Jesús Mateo demostró cómo una tragedia puede convertirse en un punto de unión para una nación, gracias al poder de las redes sociales y la labor incansable de comunicadores comprometidos.
Este evento nos recuerda la importancia de la información oportuna y veraz para movilizar a la sociedad en momentos de crisis.