La selección portuguesa de fútbol obtuvo su primera Eurocopa luego de vencer por 1-0 a Francia en la final disputada en el Estadio Saint-Denis. El único gol del partido llegó al minuto 109 por intermedio de Eder, delantero que ingresó a falta de diez minutos para terminar el tiempo regular en lugar de Renato Sanches.
La sorpresiva conquista lusa – pues Francia era favorita para alcanzar su tercera copa continental y todas en condición de local – tiene un valor agregado gigante, pues a los 25 minutos del compromiso se quedaría sin el astro Cristiano Ronaldo, quien salió del campo llorando por una lesión a la rodilla que le impidió continuar (Payet se encargaría con dos faltas sistemáticas de que el talentoso futbolista que actúa en el Real Madrid salga del campo a los 15 minutos y sea cambiado posteriormente a pesar de que intentó seguir por algunos minutos)
El protagonismo del encuentro recayó en Francia, escuadra que presionó desde la salida a su rival para conseguir rápidamente el balón y volcarse al ataque, el cual careció de profundidad en muchos pasajes del encuentro debido a su falta de ideas.
No obstante, la condición de local le permitió al once galo llegar con peligro en contadas ocasiones durante los 90 minutos de juego, Un tiro con la cabeza que Griezmann envío por encima del travesaño, un disparo peligroso de Sissoko que desvió el meta visitante Rui Patricio y un remate algo mordido ejecutado por Pierre-André Guignac y que dio en el palo derecho del arco contrario fue lo más angustiante en materia de ataque que produjo Francia.
Por su parte, Portugal empleó desde el arranque un sistema conservador, con la idea de construir jugadas ofensivas mediante el contragolpe. Pese a la lesión de Cristiano Ronaldo, los lusos no desentonaron en su idea y con mucho orden se animarían poco a poco a adelantar sus líneas, cargando su juego por el lado del lateral Guerreiro, sin duda una de las figuras del partido y del campeonato.
Recién cuando faltaban 15 minutos para que se cumpla el tiempo reglamentario, los portugueses lograrían asustar a sus rivales con dos avances y terminaciones realizadas por Nani y Quaresma, respectivamente, que sirvió para que los dirigidos por Fernando Santos crean más en su potencial.
En el el alargue, Portugal no tuvo complejo alguno y más bien intentó buscar con mucha fe el pórtico rival y con acciones que suscitaron mucho miedo para Francia, Un envío de Eder con la cabeza que paró Lloris y un remate peligroso direccionado por Guerreiro; fueron los avisos de que los liderados por Pepe y por Cristiano Ronaldo – esta vez desde la banca – sí existían en el terreno del Saint-Denis.
Y así fue, en el minuto 109, Eder con tremendo remate fuera del área entraría en la historia de Portugal al anotar el gol más importante de dicha selección, ya que con esa conquista celebraron su primer título continental.
Dicen que a la final llegan los mejores equipos y que campeona siempre el mejor. A mi parecer, no siempre sucede así y Portugal es un claro ejemplo de lo que menciono.
El nuevo campeón de Europa clasificó como tercero de su grupo con tres empates, y luego derrotó en tiempo suplementario a Croacia y por penales a Polonia. Luego, superó con claridad a Gales en semifinales y hoy a Francia.
Quizás Portugal no fue la mejor selección, pero aun así su título es merecido, pues a partir de octavos de final consiguió ser sólido, consistente y equilibrad en defensa (recibió un solo gol en los últimos cuatro partidos) y además eficaz en ofensiva, teniendo en Cristiano Ronaldo a su principal figura (anotó dos veces y dio una asistencia en los cuatro goles que su cuadro con él dentro del campo)
De nada sirve tener la posesión del esférico, dar espectáculo y generar un sinnúmero de situaciones frente al arco rival Todo lo mencionado es importante para el deleite del aficionado, pero nada de eso sirve sino se traduce en gol, que es lo que finalmente cuenta en el fútbol. La eficiencia y eficacia muchas veces se impone. FELICIDADES A LOS PORTUGUESES AMANTES DEL DEPORTE REY.
Por: Luis Miguel Guerrero
Foto: Web oficial UEFA.COM.
Por Luis Miguel Guerrero.
