{youtube}52bbAM68kHM{/youtube} (Video Cortesía América Noticias) El ciudadano marroquí, Youssef Tadlaqui (35) , sería el asesino de  la joven Cinthia Vílchez Palacios, quien fue hallada muerta en una maleta el 13 de febrero.

 

{youtube}52bbAM68kHM{/youtube} (Video Cortesía América Noticias) El ciudadano marroquí, Youssef Tadlaqui (35) , sería el asesino de  la joven Cinthia Vílchez Palacios, quien fue hallada muerta en una maleta el 13 de febrero.

 

En conferencia de prensa, el jefe de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri), César Guardia, informó que el análisis del peritaje policial dio como resultado que Tadlaqui fue quien asesinó a la joven en complicidad con el ciudadano peruano Carlos Alberto Pinto Quispe.

Guardia relató que en la noche del 11 de febrero, Cinthia, su hermana Marduly (32) y una amiga (Lylybeth Llontop Miranda, de 20 años) conocieron a Tadlaqui en la discoteca “Sabor peruano” de la Calle de las Pizzas, en Miraflores.

Ese mismo día, Cinthia se retiró con el ciudadano marroquí hacia la habitación que alquilaba este en Jesús María. Según los resultados de las investigaciones, Tadlaqui agredió físicamente a la joven porque ella no accedió a tener relaciones sexuales. La joven murió de un traumatismo encéfalo craneano a causa de los terribles golpes.

Posteriormente, con la ayuda del canillita Carlos Pinto -que vivía en la misma cuadra-, colocaron el cadáver en una maleta, lo retiraron del departamento y lo abandonaron al día siguiente en la avenida Habich, en el distrito de San Martín de Porres.

Además, los responsables se quedaron con el celular y otras pertenencias de Cinthia, hija de la suboficial de la Policía Alicia Palacios Primo, quien se encuentra de licencia.

Para descubrir a los autores del asesinato, el jefe de la Dirincri dijo que se levantó el secreto de las comunicaciones al celular de Cinthia. Con el apoyo de la empresa de telefonía se descubrió que dicho aparato se encontraba en manos de Carlos Pinto. Sin embargo, el canillita declaró a la Policía que el celular se lo vendió el ciudadano marroquí a 20 soles, pero sin el chip.

Una de las pruebas más resaltantes son las sábanas que envolvían el cadáver de la joven, las cuales correspondían al departamento donde Tadlaqui estuvo alojado. Esto fue confirmado por la administradora del local, quien las reconoció como propiedad del hostal.

Administrador de contenidos de Grupo Periodismo en Línea

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