Iker Casillas

Iker Casillas (Foto: FIFA.com)A los 13 minutos del segundo suplementario del partido final del Mundial Sudáfrica 2010, Andrés Iniesta jugador de España abrió el marcador. Los holandeses no lo podían creer. Mientras el capitán y guardameta español, Iker Casillas, se ahogaba en llanto de la alegría, varios jugadores de la ‘Naranja Mecánica’ caían arrodillados con los rostros desencajados.

Iker Casillas (Foto: FIFA.com)A los 13 minutos del segundo suplementario del partido final del Mundial Sudáfrica 2010, Andrés Iniesta jugador de España abrió el marcador. Los holandeses no lo podían creer. Mientras el capitán y guardameta español, Iker Casillas, se ahogaba en llanto de la alegría, varios jugadores de la ‘Naranja Mecánica’ caían arrodillados con los rostros desencajados.


En las tribunas, los españoles se quedaban sin voz de tanto gritar ¡goooooooooooooool! Los príncipes de Asturias, don Felipe y doña Letizia, dejaron atrás los protocolos para celebrar el único gol del encuentro futbolístico.

Faltaban solo dos minutos para que los pupilos de Vicente del Bosque alzaran la Copa del Mundo. Los holandeses estaban enceguecidos por la derrota anticipada. El juego rudo en el primer y segundo tiempo no les ayudó mucho.

Cuando sonó el silbataso final del árbitro, la «Furia Roja» corrió y corrió. Casillas lloraba ahora con más fuerza. Estaba feliz. España era Campeón por primera vez en su historia futbolística. Su pasada victoria en la Eurocopa 2008 era, tal vez, una antesala de su hoy algarabía, lejos de los pronósticos del pulpo «Paul». 

Los jugadores españoles no se cansaban de estrecharse en abrazos y al intercambiar miradas cómplices, dirigidos por su capitán Casillas, cargaron a su entrenador y lo alzaron cinco veces en el aire.

Los holandeses no lloraban. Estaban molestos. La medalla de plata parecía quemarles el pecho, tanto que su entrenador, Bert van Marwijk, ni bien recibió el distintivo se la sacó molestó y la guardó en uno de los bolsillos de su saco.

La Copa del Mundo dejó de ser un sueño para los españoles. Casillas la alzó y nuevamente soltó el llanto. Más tarde se calmó un poco cuando ante los ojos del mundo besó a su novia, la reportera de televisión Sara Carbonero, cuando esta intentaba recoger sus impresiones. 

Los españoles no solo se van con los corazones henchidos de alegría, sino también con los bolsillos llenos de dólares. Se embolsarán un premio de 30 millones de dólares que la FIFA prometió al ganador.

Administrador de contenidos de Grupo Periodismo en Línea

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