Aunque el y su familia lo sigen negado nuevos indicios complican a Carlos Navarro Fernández (26), presunto asesino del sacerdote Linán Ruiz Morales.
Aunque el y su familia lo sigen negado nuevos indicios complican a Carlos Navarro Fernández (26), presunto asesino del sacerdote Linán Ruiz Morales.
Ahora la pista es un caliz que el religioso guardaba en una de sus cajas fuertes según fuentes de la División de Investigación de Homicidios -que reseña el diario Correo- y que hoy lo pondrían a disposición del Ministerio Público.
Se conoció que los resultados de las citadas pericias llegaron ayer a la unidad especializada, lo que significa para los detectives una prueba más en contra de Navarro. Refirieron que el cáliz era uno de los objetos religiosos más preciados por el sacerdote, por lo que lo guardaba en una de sus cajas fuertes, ubicadas en su habitación del piso 2 del convento San Francisco, en el Centro de Lima.
Era en estas cajas donde también el cura guardaba el dinero recabado de las diversas donaciones que recibía para solventar el comedor a su cargo, el cual dirigía desde hace varios años.
«Nadie tenía acceso a estas cajas fuertes, por lo que se presume que al retirar el dinero, Carlos Navarro dejó sus huellas», explicó uno de los oficiales encargados del caso.
De otro lado, se informó que el detenido sería denunciado hoy ante el Ministerio Público como presunto autor del asesinato del padre Linán y de su asistente Albany Águila.
«También se han encontrado sus huellas en las escenas de ambos crímenes. A esto se suma que tenía los chips de los teléfonos de las víctimas, así como las contradicciones en las que ha caído durante los interrogatorios», señaló nuestra fuente.
