Operativo de liberación de rehenes en Colombia

Las FARC liberaron  a los últimos diez policías y militares que tenía secuestrados, en una jornada de gran emoción por el reencuentro de estos hombres con sus familias después de más de trece años cautivos, liberación que al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, le pareció insuficiente.

Tras meses de preparativos, bajo la coordinación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la mediación del colectivo Colombianas y Colombianos por la Paz (CCP), liderado por la exsenadora Piedad Córdoba, una misión humanitaria recogió en un lugar desconocido de la selva, entre los departamentos sureños del Meta y Guaviare, a los diez uniformados.

Una misión exitosa y con sorpresas, ya que estaba previsto que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) entregaran hoy sólo a un grupo de secuestrados y el miércoles al resto.

Los cambios se dieron sobre la marcha durante una jornada que amaneció lluviosa en Villavicencio, el aeropuerto base desde donde partió la misión con dos horas de retraso a causa del mal tiempo, pero que se desarrolló de forma impecable.

«Los diez secuestrados han sido liberados y se dirigen a Villavicencio«, decía a Efe el español Jordi Raich, el delegado del CICR a las 16,30 hora local (21.30 GMT), cinco horas después de que el helicóptero con la misión humanitaria partiera de Villavicencio.

Sólo 50 minutos después llegaban al aeropuerto de La Vanguardia de Villavicencio, donde la portavoz del CICR, María Cristina Rivero, manifestaba, en nombre de esa institución, su alegría «por el éxito de esta operación que permitió en un solo día la reunión de 10 familias que estuvieron esperando por tantos años».

Allí descendieron del aparato los diez policías y militares, con ropas limpias, afeitados y con aparente buen estado de salud, emocionados por la vuelta a la libertad.

Uno de ellos, el policía Wilson Rojas Medina, el más joven de todos con 36 años, llevaba consigo un pecarí como mascota, posiblemente el animal que le acompañó durante su cautiverio.

Los demás liberados son los también policías Carlos José Duarte, César Augusto Lasso Monsalve, Jorge Trujillo Solarte, Jorge Humberto Romero y José Libardo Forero; así como los militares Luis Alfonso Beltrán Franco, Luis Arturo Arcia, Robinson Salcedo Guarín y Luis Alfredo Moreno Chagüeza.

Todos fueron secuestrados entre 1998 y 1999 en distintas tomas guerrilleras a puestos policiales o bases militares en zonas aisladas de Colombia, en tiempos en los que las FARC dominaban una buena parte del territorio nacional.

Tras el desenlace, el presidente de Colombia celebró la noticia, agradeció su apoyo a las partes involucradas en el operativo, pero advirtió de que este gesto no es suficiente, al recordar que siguen cautivos cientos de colombianos civiles.

«Es un gesto que valoramos en toda su dimensión, es un paso importante, es un paso en la dirección correcta, un paso muy importante, pero como dijimos cuando se hizo el anuncio oficial, que espero que cumplan, no es suficiente», afirmó Santos en un mensaje televisado a la nación.

El presidente aplaudió «los compromisos de las FARC de no volver a secuestrar», en alusión al anuncio que hizo la guerrilla el pasado 26 de febrero, pero «eso no basta, hay que liberar a los secuestrados civiles y hay que dar cuenta a sus familias de cada uno de ellos», agregó.

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