No tuvo peor idea que interrumpir a una tortuga que estaba en pleno acto sexual con una hembra. El reportero Paul Rose de National Geographic aprendió de la peor manera que nunca debes molestar a una tortuga lujuriosa durante el coito.
Todo empezó mientras el equipo de National Geographic filmaban en una isla al norte de Madagascar, Rose escuchó un ruido que describió como un «quejido, un sonido semejante a un soplido» que venía de los arbustos.
Lo qué Rose descubrió fue a un par de tortugas apareándose, lo hacían con toda tranquilidad. Pero la vergüenza de la tortuga pronto se convierte en furia, persiguiendo a Rose y su camarógrafo.
“Esto es lo que se llama una férrea determinación”, Rose le dice a la cámara mientras el vengador acorazado se niega a abandonar la persecución.
La persecución dura casi 400 metros antes de que la tortuga muestre misericordia ante sus víctimas y regrese por donde vino.