Estuvo sumergido en el mundo de las drogas por casi 20 años, al extremo de sólo ver la luz del día para fumar crack y luego dormir. La historia de Jason Snake, un ciudadano de Canadá promedio, es sin duda impactante y es que estuvo en el infierno aunque pudo salir a tiempo.
«Te levantas, lavas tu cara y cepillas tus dientes, empiezas a fumar crack, no te duchas por tres o cuatro días, las cosas te dejan de importar, porque lo único que te importa es obtener y fumar crack», explica.
Snake ha tenido que pasar por lo peor, desde un inicio, en su infancia, encontró en las drogas el consuelo que su familia no pudo darle. Luego, como él explica, todo se transformó en un huracán de perdición y ya no tuvo cómo salir de esa realidad en la que había caído.
Actualmente, pasa los días viviendo en la calle, en edificios abandonados o en los techos donde logra acomodarse pero ya sabe que debe estar alejado de las drogas porque sino estará de nuevo perdido.
Jason Snake sabe que su infancia y adolescencia fue muy dura, al extremo que influyó en su adicción. Él cuenta que su hermano murió cuando èl tenía 11 años. «Mi hermano tenía 3 años, murió en un accidente y mis padres se culpaban entre ellos, yo necesitaba hablar con alguien pero no se dieron cuenta», explica.
A los 13 ya fumaba hachis, luego marihuana, bebía demasiado alcohol.. intentó robar, se cortó el rostro. «Cuando tomé drogas dejé de sentir esa rabia, esa frustración…ahora estoy saliendo y puedo contarlo aquí», comentó.