Martín Vizcarra y Evo Morales
Martín Vizcarra y Evo Morales

La aeronave que trasladó a Evo Morales desde Bolivia hacia su asilo político en México, tuvo un complicado y difícil periplo incluso antes de partir desde el aeropuerto de Cochabamba debido a desacuerdos y negativas de varios gobiernos entre ellos el Perú.

Si bien ayer se hizo público que Perú autorizó que la nave mexicana, sin Evo Morales, podría recargar combustible en nuestro país, luego hubo una «no» de respuesta para el aterrizaje con el asilado en Lima.

Según el canciller de México, Marcelo Ebrard, su par peruano le comunicó que por «valoraciones políticas», la aeronave de bandera mexicana no podría autorizar en Perú pero luego contó que si fue posible cruzar espacio aéreo nacional.

Ha sido un “periplo por diferentes espacios y decisiones políticas” que, si no se presentan nuevos obstáculos, terminará en la Ciudad de México hacia las 11:00 horas locales, indicó el secretario de Relaciones Exteriores, en la conferencia diaria del presidente Andrés Manuel López Obrador. «Fue como un viaje por la política latinoamericana».

Ebrard elogió al general que viene a cargo del vuelo y a quien no identificó. Manifestó su agradecimiento a la Fuerza Aérea y dijo que el militar “excepcional” mostró “siempre su profesionalismo impresionante, una sangre fría fuera de serie y tambien habilidad para poder dialogar con la contraparte”

De acuerdo con el relato de Ebrard, la aeronave Gulfsteam 550, matrícula XC-LOK y número de registro 3916, de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), salió a Bolivia a recoger a Morales, por instrucciones de López Obrador. La nave tiene una autonomía de once horas de vuelo.

Ebrard describió que la situación más tensa del viaje se produjo en el aeropuerto boliviano en el que estaba Evo Morales, en la ciudad de Cochabamba.

La nave no podía despegar porque no tenía autorización de Perú para aterrizar y recargar combustible en Lima, como estaba previsto; simpatizantes de Morales rodeaban la terminal aérea, en cuyo interior había elementos de las fuerzas armadas bolivianas y el ex presidente ya estaba a bordo del avión militar mexicano.

Una intensa movilización diplomática siguió para facilitar la salida de la nave, que finalmente se logró por Paraguay, tras gestiones de la cancillería mexicana y la intervención del presidente electo argentino, Alberto Fernández, reveló Ebrard.

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