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agredidoagpAunque las versiones de testigos señalan lo contrario ayer el presidente Alan García negó la versión de una supuesta agresión contra el joven voluntario de Essalud, Richard Emilio Gálvez León, a quien el mandatario le habría propinado dos cachetadas por gritarle «corrupto».

agredidoagpAunque las versiones de testigos señalan lo contrario ayer el presidente Alan García negó la versión de una supuesta agresión contra el joven voluntario de Essalud, Richard Emilio Gálvez León, a quien el mandatario le habría propinado dos cachetadas por gritarle «corrupto».

Los hechos habrían ocurrido el pasado sábado en el hospital Edgardo Rebagliati e incluso existirían registros fotográficos y de video que estarían difundiéndose en Internet.

Sin embargo ayer García negó los hechos tras inaugurar el museo Metropolitano en la sede del antiguo ministerio de Transportes, en la avenida 28 de Julio. Moviendo el dedo en sentido negativo remarcó: “No le crean a Diario 16”, medio que publicó la noticia.

Según publica hoy Peru21, la lamentable situación se produjo a eso de las 10 de la mañana cuando el jefe de Estado terminaba de visitar sorpresivamente a un allegado en la Unidad de Cuidados Intensivos de ese hospital, área ubicada en el segundo piso del ala C de ese nosocomio, y en momentos en que se retiraba del ascensor fue insultado por Gálvez León, voluntario de Kúrame, uno de los dos programas de apoyo que hay en el Rebagliati.

Precisamente esta fundación es presidida por Patricia Barrios Verand, hija del actual ministro del Interior, Fernando Barrios, y hombre de estrechísima confianza de García.

Tras la agresión física de García, el voluntario Gálvez persistió en recriminar e insultar al gobernante, por lo que fue rápidamente golpeado nuevamente y reducido a puntapiés por el equipo de seguridad presidencial, compuesto por unos ocho policías de seguridad de Estado.

Mientras los presentes no salían de su asombro por la nueva agresión de los guardaespaldas, que ya habían decidido llevárselo detenido y esposado, no faltó otro grupo de testigos, entre pacientes y familiares, que protestaron por el maltrato y exigieron a viva voz que liberen al voluntario de 27 años de edad, lo que finalmente ocurrió.

Varios de los presentes retrataron el incidente en sus cámaras de celulares, pese a que los miembros de seguridad intentaron quitárselos infructuosamente.

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