La recomendación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a la corte de San José de abrir proceso al Perú por no haber juzgado en el fuero civil a los militares que participaron de la operación de rescate Chavín de Huántar despierta suspicacias.
La recomendación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a la corte de San José de abrir proceso al Perú por no haber juzgado en el fuero civil a los militares que participaron de la operación de rescate Chavín de Huántar despierta suspicacias.
El ex canciller José Antonio García Belaunde advirtió ayer a El Comercio sobre “extrañas influencias de algunas organizaciones” en la CIDH.
“Hay una extrañísima coincidencia, porque esa decisión se comunicó al Estado Peruano inmediatamente después de que el Perú propusiera y formalizara un grupo de trabajo que evaluara las competencias y funciones de la Comisión Interamericana de DD.HH.”, dijo.
Señaló que esta propuesta se dio, en el 2010, debido a que en la gestión pasada existía preocupación por la discrecionalidad y la falta de reglas con la que actúa la CIDH.
“La comisión está muy sesgada, parece que sigue con la mentalidad en la que toda la región estaba llena de dictaduras, y sigue asumiendo que los gobiernos son culpables”, comentó.