Un sospechoso de homicidio murió quemado vivo por una turba, que intentó hacer lo mismo con un policía que intentó salvarlo en la provincia de Chucuito (Puno), cerca de la frontera con Bolivia.

Un sospechoso de homicidio murió quemado vivo por una turba, que intentó hacer lo mismo con un policía que intentó salvarlo en la provincia de Chucuito (Puno), cerca de la frontera con Bolivia.

El crimen ocurrió el viernes en el centro poblado de Pueblo Libre, en la región aymara y quechua de Perú donde la práctica de hacer justicia por los propios medios se ha tornado corriente.


La población azotó y bañó en queroseno a Jorge Jahuira Cruz, a quien acusó de haber asesinado a una menor de edad, y que murió por las graves quemaduras en su cuerpo.


Mejor suerte tuvo el agente policial Javier Castro, que fue salvado de las llamas con quemaduras por sus colegas de armas. La turba confundió al policía con un cómplice del sospechoso.


No fue posible detener a ninguno de los autores del crimen, informó la policía, lo que se interpreta como una señal de que el móvil del homicidio fue la venganza.

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