Borussia Dortmund le pegó primero al Real Madrid, y de qué manera? Pues nada más que goleándolo por 4-1 en el Estadio Signal Iduna Park (Westfalenstadion), con sensacional actuación del polaco Robert Lewandowski, un gran definidor dentro del área y que pulverizó a la defensa blanca anotando todos los goles del dueño de casa en la primera semifinal de la Champions League.
Al igual que un arrasador Bayern Munich sobre Barcelona, hoy nuevamente otro equipo alemán se impuso con absoluta categoría a un rival español. Esta vez, Borussia Dortmund, jugando un segundo tiempo soberbio, compacto, asociativo y estructurado en sus líneas; doblegó casi sin complicaciones al campeón español.
Los alemanes comenzaron con un ritmo vertiginoso que mantuvieron durante todo el partido incluso con jugadas bien elaboradas, ante un Real Madrid muy desentonado, que se veía vulnerado. A los 8’ empezaría el show de Lewandowski, quien dentro del área le ganó el vivo a Pepe ante un centro de Götze, para definir a corta distancia del arco visitante.
Dortmund seguiría con el mismo ímpetu encarador aunque tomando precauciones por momentos, ya que los madridistas carecían de un juego en conjunto. Sólo la dupla portuguesa Coentrao-Cristiano Ronaldo lograban a través de faltas aproximar a su equipo hacia área contraría. Por lo demás Mesut Özil andaba perdido por el lado izquierdo y Modrid (quien alineó de titular por Di Maria) nunca fue la solución para controlar el partido a través de la tenencia del balón.
Aun así y cuando no pasaba apuros el meta alemán Weindenfeller, llegaría el empate a los 43’, cuando el central Hummels (valor más bajo del once amarillo y negro) quiso entregar el balón a su arquero, pero la maniobra le quedó corta, lo que aprovecharía Higuaín para habilitar a Cristiano Ronaldo, que de un toque sutil silenciaría el coloso de Dortmund. Una igualdad que para el Madrid significaba oro puro, ya que se encontró con ese tesoro sin mucho que hacer y porque era además el gol de visita ansiado en este torneo.
Lejos de sentir la pegada por el empate, Borussia iniciaría el complemento con el mismo ánimo impetuoso, conservando su juego elaborado, el cual pronto le daría resultados. A los 49’, Lewandowski desnivelaría el marcador al aprovechar una habilitación de Reus. Los españoles reclamarían un fuera de juego inexistente.
El tercer gol del conjunto de Klopp llegaría sobre los 55’, cuando el “cazador y letal” Lewandowski tomó un rebote dentro del área rival para clavarla en el ángulo superior izquierdo del arco custodiado por López. Un gran gol, que además de observar toda la potencia y categoría en la definición del delantero polaco, se pudo observar finalmente la superioridad del Borussia Dortmund, por la jugada siempre elaborada previa al gol, una constante del once alemán.
A los 67,’ el póker de goles arribaría tanto para el Borussia Dortmund como para Robert Lewandowski, esta vez desde el punto de penal (por empujón de Xabi Alonso a Reus), que el polaco transformaría sin problema.
El 4-1 fabricado por los alemanes fue consecuencia – como ya lo dije – de un trabajo en conjunto, ordenado y compacto; hilvanado a partir de los volantes Bender y Gündogan, quienes presionaron la salida del Real Madrid, recuperaron balones y se sumaron a la ofensiva, donde principalmente Reus y Götze en cooperación además con Blaszczykowski alimentaron al centro delantero Lewandowski.
La defensa del Dortmund casi no tuvo trabajo, aunque los apuros que pasó fueron por errores de Hummels. Por lo demás, el meta del Dortmund no pasó sustos, más alá de los intentos por descontar del rival sobre todo en los últimos 10 minutos del partido.
La vuelta se jugará el próximo martes 30 en el Santiago Bernabéu, donde para revertir el resultado y llegar a Wembley, la escuadra de Mourinho deberá anotar mínimo 3 goles y no recibir ninguno.
La primera opción la tiene Borussia Dortmund gracias a la goleada conseguida hoy, pero en el fútbol nunca se sabe lo que pasará y aún quedan 90 minutos. Será una lucha desde el principio del partido, donde lo único que se sabe es que para ganarle a un elenco teutón hay que “matarlo” (deportivamente) dentro del campo, pues no se rinden nunca.
Por Luis Miguel Guerrero.