Mientras en Latinoamérica y varios países de Europa aún esperan la llegada del 2015, debes saber que un país tiene el privilegio de recibir primero cada Año Nuevo. Es decir, mientras tu brindas con Champagne y comes las 12 uvas, en otros países ya pasaron varias horas del nuevo año.
En el Oceano Pacífico está Kiribati, una diminuta nación en medio del Pacífico compuesta por una treintena de atolones y una isla que ocupan una superficie de 800 kilómetros cuadrados y donde viven 100.000 habitantes.
Se ubica en el Océano Pacífico, al noreste de Australia, lo separa de Perú y Sudamérica un inmenso mar. Desde el año 2000, cuando se hizo famosa por convertirse en el primer sitio del mundo en saltar al siglo XXI, su Isla de Navidad atrae a un buen número de turistas ansiosos por liderar el cambio de año o, como en aquel entonces, de milenio.
También llamada Kiritimati, que es la manera de pronunciar «Christmas» que tienen sus nativos, debe dicho nombre a que fue descubierta por el Capitán Cook en la Nochebuena de 1777 y es un paraíso natural para los amantes del submarinismo. Cuando Kiritimati dé la bienvenida a 2015, en España serán las once de la mañana y aún faltarán trece horas para que el reloj de la Puerta del Sol marque las ya clásicas campanadas de año nuevo.
Tras la república de Kiribati, el segundo lugar en saludar 2015 serán las Islas Chatham de Nueva Zelanda, otro pequeño archipiélago que se adelanta 45 minutos al resto de su país y, por su posición más oriental, tiene un huso horario distinto. Justo después de Nueva Zelanda, el primer lugar de Eurasia donde será año nuevo es la península rusa de Kamchatka. Pero las imágenes más populares del fin de año más precoz nos llegarán de Australia y sus ya tradicionales fuegos artificiales sobre la Opera de Sídney.
A continuación, Asia amanecerá a 2015, pero la mayoría de sus países, y sobre todo China, se reservarán hasta el 19 de febrero, el día del año nuevo lunar, que en esta ocasión es el de la cabra.
Los rusos serán los siguientes en adentrarse en un 2015 que se les presenta bastante duro por la caída del precio del petróleo y el desplome del rublo, pero que no les impedirá brindar con vodka en abundancia.
Por obra y gracia de los husos horarios, una familia de Andalucía o Navarra se sentará a la cena de Nochevieja cuando la parte del globo que cae al este de la Península Ibérica lleve ya una buena melopea. Y, por esa misma regla de tres, los cotillones de fin de año de Madrid o Barcelona alcanzarán su plena efervescencia cuando en Nueva York, que está seis horas por detrás, estén preparando la mesa.
Tras una noche de farra, cava y matasuegras, por supuesto vestida con ligas rojas para traer buena suerte, muchos españolitos se estarán tomando los churros con chocolate cuando el reloj de Times Square marque oficialmente la llegada de 2015 a EE.UU.
Pero aún faltarán tres horas hasta que alcance Los Ángeles, en la Costa Oeste, y cinco para que llegue a Hawái, el último lugar del mundo en celebrar la entrada en 2015 junto a un puñado de islas del Pacífico. A esa hora, ya habrá pasado casi un día entero en Kiribati, donde serán las once de la noche y estarán a punto de entrar en el 2 de enero.