La minería no metálica tuvo al fosfato de calcio como su principal producto exportado.

La Asociación de Exportadores (ADEX) informó, que el 2016, las exportaciones del subsector minería no metálica sumaron poco más de  US$ 640 millones, monto que representó un déficit de -6% respecto al año anterior.

En esa línea, la partida arancelaría más vendida al exterior fue los fosfatos de calcio por US$ 299 millones 752 mil (desaceleración de -11.2% en comparación al 2015) seguida de las demás placas y baldosas de cerámica barnizadas o esmaltadas (US$ 101 millones 691 mil), vidrio de seguridad templado (US$ 41 millones 637 mil), cemento, bombonas (botellas), vidrio de seguridad contrachapado y andalucita, cianita y silimanita.

Asimismo, el 30% del total los despachos de productos mineros no metálicos se direccionaron hacia Estados Unidos, país que lideró el ranking de un total de 92 importadores en el 2016. Luego, se sitúan mercados como Brasil, Chile, India, Bolivia, Colombia, Argentina  Ecuador, entre otros.

MINERÍA NO METÁLICA SIN LEY PROPIA       

Sobre el tema coyuntural, el mismo gremio exportador con sede en San Borja, afirmó ese rubro económico no cuenta en la actualidad con una ley propia que la diferencie de la minería tradicional, la cual le impone una serie de exigencias de riguroso cumplimiento, que en el caso del sector primario están justificadas, pero no para la minería no metálica que no usa insumos químicos ni afecta el medio ambiente ni a las poblaciones de su entorno.

Por otro lado, la entidad privada precisó que la minería no metálica tiene una agenda de trabajo pendiente que incluye no solo la mejora de infraestructura en las zonas en donde se ubican las plantas de producción, sino el diálogo con los comuneros de las zonas altoandinas en las que están los asentamientos de donde se extraen los insumos para su industria.

Cabe resaltar que estas zonas altoandinas son lugares de escasos recursos económicos, y que extrañan la presencia del Estado. En tal sentido los mismos comuneros buscan ingresos del sector privado, exigiendo el pago de montos extraordinarios a quienes deseen acceder a una concesión de donde extraer los insumos para la fabricación de parte de su oferta.

Por Luis Miguel Guerrero Dávila.

Periodista (redactor y reportero) de www.enlinea.pe

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